lunes, 17 de mayo de 2010

CARLOS MENEM DESPLEGA UN JUEGO QUE FUNCIONA PARA LOS "K" Y AMARGA A SUS VIEJOS AMIGOS.

Varios hombres que acompañaron a Menem descreen de las explicaciones que circulan sobre la actitud del riojano, pero no tienen una mejor y tampoco pueden cerrar los interrogantes a futuro. ¿Qué se dice? En primer lugar, las sospechas apuntan a algún tipo de acuerdo político para abrir un paraguas judicial, en vista de las muchas causas que aún siguen su curso. El objetivo del oficialismo en el Congreso es frenar uno por uno los proyectos de la oposición: esta semana, sería el turno de la iniciativa que obliga a distribuir los fondos de los ATN. La lógica impuesta de manera vertical por Néstor Kirchner no repara en los costos propios, en una matemática elemental que sólo computa lo que podría dañar a los otros. El ejemplo más descarnado de ese modo de entender las cosas se expresa en el Senado, donde es cultivada una relación especial con Carlos Menem, hasta no hace mucho número uno en el ranking de descalificados. Esa sociedad ya le dio algunas alegrías a los K, fue un golpe de realismo para los opositores y constituyó un elemento de amargura para viejos amigos del riojano. "Es inexplicable", prefiere decir un veterano de los años menemistas, que evalúa el efecto negativo de la actitud del ex presidente sobre los intentos, acotados, de navegar con su sector en las aguas revueltas del peronismo. "Pecamos de ingenuos", dice un destacado legislador radical, que en su autocrítica elige un calificativo liviano, y describe un panorama incierto para el conjunto no oficialista en el Senado: "Llegamos a sumar 37, pero en esa mayoría contamos a Menem, y a un par más que van y vienen". El kirchnerismo prefiere el silencio, pero cuida la línea de diálogo abierta con el ex presidente -y líder de los 90- desde la jefatura del bloque que encabeza Miguel Angel Pichetto.Varios hombres que acompañaron a Menem descreen de las explicaciones que circulan sobre la actitud del riojano, pero no tienen una mejor y tampoco pueden cerrar los interrogantes a futuro. ¿Qué se dice? En primer lugar, las sospechas apuntan a algún tipo de acuerdo político para abrir un paraguas judicial, en vista de las muchas causas que aún siguen su curso. "¿Qué podrían garantizarle? Hace unos pocos días, salió otra medida de una Cámara que lo complica más", afirma un ex funcionario de peso en la década menemista para rechazar la hipótesis de una cobertura K. Se refiere a una decisión de la Cámara Federal que lo dejó al borde del juicio oral y público en el caso de los sobresueldos. No se agotan allí las complicaciones: Menem está procesado en las causas por el tráfico ilegal de armas, las irregularidades en la investigación del atentado contra la AMIA y el manejo del espacio radioeléctrico. El interrogante de fondo es qué pasará si termina siendo condenado en alguno de los juicios que enfrenta. En esa alternativa, debería ser solicitado el desafuero, y allí sí no quedaría margen para los grises en el propio Senado. Algunos opositores proyectan en ese futuro sus hipótesis sobre un trato entre el oficialismo y allegados al senador riojano. Los K rechazan esa conjetura. Menos credibilidad aún le asignan sus allegados a otras explicaciones sobre los pasos que viene dando Menem. Una habla de pedidos del gobierno de La Rioja, que habría operado para garantizarse asistencia financiera del poder central. Otra remite todo a un acuerdo vinculado con favores al eterno secretario del riojano, Ramón Hernández. "Es poca cosa", descalifica un menemista que no oculta su malestar de estos días. Más sustento le adjudica a viejas y nuevas facturas políticas, sobre todo para descolocar a varios peronistas disidentes, en especial a Juan Carlos Romero, con enojos cruzados que se remontan a las épocas de la campaña de 2003. ¿Qué queda entonces? Los primeros interrogantes, sin respuesta, y la idea de que el ex presidente manejará este juego con los K, seguramente con idas y vueltas, según sus propias necesidades, pero sin atender demasiado a algunos dirigentes que lo acompañaron siempre y que ahora buscan rearmarse como sector para la pelea que viene en el peronismo: sus apuestas no se hacen en la mesa kirchnerista y sus planes, por cierto, ya no incluyen candidaturas del viejo líder. El oficialismo niega cualquier tipo de acuerdo o intercambio de favores, presentes o futuros. Por supuesto, disfruta de lo funcional que suelen ser las ausencias y también las presencias del senador riojano. Esta semana, la pulseada sería por la distribución automática de los ATN. Los opositores parecen resignados a las dificultades para reunir número, a causa del ex presidente y de otros que, como el pampeano Carlos Verna y su coprovinciana María Higonet, también se mueven según sus conveniencias al vaivén de las disputas en el PJ. Pero no se declaran ingenuos para evaluar los cambios de Menem: aseguran sin más vueltas que existe un pacto. El tiempo, en este caso, dirá.

No hay comentarios: