La turista suiza desaparecida en 2004 en La Rioja fue dada por muerta y la justicia condenó a una persona por su crimen, pero nunca apareció su cuerpo. Ahora, un hombre de nombre Pablo, cuyos datos filiatorios completos no han trascendido, ofreció esa importante recompensa por datos certeros sobre la joven europea. Seis años después, apareció en La Rioja, especialmente en el Valle del Bermejo, una persona que ofrece 300 mil pesos de recompensa por información sobre el paradero de Annagreth Wurgler, la turista suiza desaparecida y dada por muerta en 2006. El jefe de la Comisaría de Villa Unión, comisario inspector Orlando Ruarte, informó que en base a la aparición de un folleto con la cara de la joven con la recompensa de 300 mil pesos por datos sobre la turista, llevó como medida precautoria a interrogar a la persona que estaba atrás de esta información. Si bien por cuestiones legales no se pudo dar el nombre completo del hombre que ofrece la importante suma de dinero, se supo que se llama Pablo, y es una persona que desde el año 2006 en adelante se dedicó por voluntad propia a buscar información sobre el paradero de la turista suiza desaparecida en 2004 en La Rioja. Otro dato que se desprendió es que el hombre en cuestión construyó el monolito en recordatorio a la turista suiza sobre la ruta que une Villa Unión con Chilecito. Por su parte Ruarte afirmó que Pablo nunca estuvo involucrado en la causa Würgler ni tampoco tuvo contacto con la mujer. También se contó que Pablo se dedicaría a este tipo de investigaciones por cuenta propia y tendría una especie de respaldo económico por una empresa, aunque no se pudo saber qué tipo de firma es la que se dedica a estos asuntos ni la razón de por qué el hombre se dedica este tipo de acciones. La desaparición de la joven suiza fue investigada por la justicia que condenó al hotelero Alcides Cuevas por el presunto homicidio de Annagreth, cuyo cuerpo jamás fue hallado. Hace siete años, Annagreth Wurgler decidió visitar La Rioja. Pero no alcanzó a disfrutar por completo el viaje, porque el 29 de agosto de 2004, desapareció. Llegó a la Provincia en bicicleta. Estuvo apenas un día en la capital y luego partió con la intención de conocer Talampaya. El rodado, tuvo un desperfecto mecánico y obligó a Anna a modificar sus planes. Un guía turístico, Miguel Narváez, decidió recogerla en la ruta y la trasladó a la localidad de Pagancillo. Allí estuvo varias horas, en un camping. Luego, conoció a Alcides Cuevas, propietario de un alojamiento de ese lugar. El dueño de la posada, fue la última persona que la vio con vida. Después de ese 29 de agosto, Anna nunca más apareció, convirténdose ese día, en la primera turista desaparecida en tierras riojanas. El 15 de noviembre de 2007, la Cámara Penal de Chilecito estableció que Anna había sido asesinada, y que el homicida es Alcides Cuevas. Recibió una condena de 18 años de prisión. Los jueces, absolvieron a Narváez que fue juzgado como cómplice del homicidio. La historia de Anna, marcó un antes y un después en el tranquilo pueblo de Pagancillo. Como si esto fuera poco, un año después, el juez que investigó el homicidio de la turista suiza, Walther Sinesio Moreno, fue sindicado como el principal sospechoso de otro homicidio que sucedió en Villa Unión. El empresario Jorge Ormeño apareció muerto dentro de una camioneta y su cuerpo desnudo y maniatado. Precisamente, a Moreno se lo conoció más allá de las fronteras riojanas, por haber investigado el caso de la turista suiza. Sin embargo, su señoría quedó atrapado y sin salida. El Tribunal Superior de Justicia de la Provincia lo suspendió, luego la Cámara de Diputados destituyó al magistrado y el último paso terminó con la detención de Moreno. En el 2009, Moreno fue condenado a prisión perpetua por ser autor del homicidio de Ormeño. En medio de la investigación por la muerte del empresario, una comisión policial de San Juan, encontró una bicicleta que sería la misma que utilizó Anna para viajar por la Provincia. Annagreth, nació en 1976, en el cantón suizo de Solothurn. Era una viajera apasionada que investigaba el comportamiento de las termitas, temática en la que se había especializado como bióloga. En 2003, la joven vivía con sus padres y un hermano, estaba de novia con otro biólogo, Mathias Villiger. Sus primeros viajes sola, se remontan a 2001, cuando visitó Cambué, en Angola. Al año siguiente estuvo en Estados Unidos y en México, donde aprendió a hablar algo de español, y en 2003 en Sudáfrica. Estuvo en Salta, San Juan, Catamarca y finalmente llegó a La Rioja. En el Chiflón, dejó escrito en un libro de visitas, que no tenía miedo de seguir su viaje.
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