El incremento de las discrepancias poselectorales dentro del Acuerdo Cívico y Social llevó a acelerar los tiempos del radicalismo. Con la mirada puesta en 2011, la UCR intenta conseguir un justo equilibrio en la relación con su aliada de la Coalición Cívica Elisa Carrió y el vicepresidente Julio Cobos, quienes por estos días están fuertemente enfrentados. Sin embargo, antes, la dirigencia radical tiene como misión normalizar el partido y elegir a su nuevo titular. Aunque los nombres que suenan para ocupar ese lugar aún son varios, entre ellos los del mendocino Ernesto Sanz, el bonaerense Ricardo Alfonsín, el cordobés Oscar Aguad y hasta el chaqueño Ángel Rozas; Cobos le dio un ultimatum al actual titular Gerardo Morales: “Si no quieren que Raúl Baglini presida el partido, yo no me presento como candidato a presidente”. En Mendoza, dejó traslucir su interés cuando señaló: Todos los nombres que se mencionan son honorables. Lo que no comparto es que se ponga un veto. No pueden haber afiliados clase A y clase B”. Si bien varios dirigentes radicales despotrican por lo bajo contra el vicepresidente y se muestran desconfiados respecto de su intención de rearmar a la UCR detrás de su figura; admiten que si hoy fueran las elecciones, el mendocino sería el candidato mejor posicionado de ese espacio opositor para disputar el sillón de Rivadavia. “Si los comicios fueran hoy, Cobos sería el candidato, pero hay que ver cómo llega a 2011”, señaló un importante líder radical a Crítica de la Argentina. Envalentonado aún por el triunfo que obtuvo en las últimas elecciones legislativas, Cobos llamó el jueves pasado a Morales a su despacho en el Senado, poco después de que el senador jujeño saliera a rechazar a los referentes del cobismo Pablo Verani y Baglini como posibles sucesores en la conducción partidaria. Según fuentes cercanas al vicepresidente, durante la reunión en el primer piso del Palacio del Congreso, el ex radical K le advirtió al titular de la UCR que si su postulante no era aceptado, él desistiría de presentarse a disputar la presidencia en 2011. “Alfonsín y De la Rúa tuvieron al partido en contra, no podemos cometer el mismo error. Julio quiere saber quién está de su lado y quién no”, apuntó uno de sus más estrechos colaboradores. En ese sentido, desde el sector de Morales contestaron: “Cobos no tiene una organización detrás. La estructura del radicalismo tiene un precio, así que no puede poner condicionamientos. Lo cierto es que este espacio es el que menos costos le trae”. Más allá de la resistencia a la candidatura de Baglini, entre las filas radicales no ven con buenos ojos el constante coqueteo de Cobos con el justicialismo. No sólo causó malestar su acercamiento al empresario del PJ disidente Francisco de Narváez, sino también los vaivenes sobre una posible reunión con el ex presidente Eduardo Duhalde. El entorno del mendocino asegura que en los últimos días ya hubo “contacto de las terceras líneas de Duhalde con la gente de Cobos”. Mientras tanto, los dirigentes radicales Jesús Rodríguez, Enrique “Coti” Nosiglia, Federico Storani, Ricardo Gil Lavedra, Aguad, Morales y Sanz se reúnen cada miércoles al mediodía en un departamento de Recoleta, cerca de la plaza Vicente López, a discutir el futuro del partido y cuáles serán los pasos a seguir en los dos años y medio que quedan de gestión kirchnerista. ¿Quién será el nuevo presidente de la UCR a partir de fin de año? Si bien es una pregunta que por ahora no tiene respuesta, desde el radicalismo orgánico prefieren candidatos como Sanz, Alfonsín o Aguad. Aunque la cúpula del radicalismo entiende que Cobos es su mejor carta para 2011, no parece dispuesta a cederle la nominación del próximo jefe del partido. Con el apoyo de otros dirigentes, Morales ya se lo ha hecho saber, al afirmar que el sucesor deberá ser un hombre “de la resistencia”, en una clara alusión a la diáspora de los radicales K.
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