En todo el mundo latino no hay una tradición más universal y que nos unifique e identifique tanto como la celebración anual de las festividades de Navidad. Su sola mención trae emociones, excitación y alegría en los niños, días de fiesta y buenos ratos en los jóvenes, así como gratas añoranzas y la esperanza del re-encuentro con familiares desplazados o amigos de siempre en los mayores. La fiesta de Navidad fue instituida por la Iglesia en el siglo IV y es originaria de la Iglesia latina y mas propiamente de la Sede Apostólica de Roma. Por falta de documentos exactos sobre el nacimiento de nuestro Señor, no existe una certeza absoluta acerca del año, que algunos escritores sagrados y profanos señalan entre el 147 y 748 de la fundación de Roma (del 7 al 5 de la Era vulgar), y del día, que han hecho oscilar entre el 17 de diciembre y el 29 de mayo. En vistas a estas dudas, los cristianos orientales, a partir del siglo II, comenzaron a celebrar la Navidad los primeros días de enero, y con preferencia el 6, fiesta de la Epifanía o de la Manifestación del Señor, en donde se englobaban diversos episodios: la Natividad, la Adoración de los Reyes Magos, el Bautismo, etc. Esta celebración se difundió en occidente. Hacia el siglo III, Hipólito es el primero en fijar la fecha el día 25 de diciembre, en su comentario al libro del profeta Daniel. La fiesta celebrada el 6 de enero y que englobaba los primeros misterios de la vida de Cristo ya había pasado casi a toda la Iglesia universal en el siglo IV, pero en Roma, dada la falta de certeza absoluta de la fecha y en vistas a asestar un golpe mas al paganismo que celebraba la fiesta del Sol invicto, en honor al dios Mitra, el día 25 de diciembre (coincidente con el solsticio de invierno), según lo indicado por el calendario Filocaliano, la Iglesia romana separó de la Epifanía la memoria del Nacimiento del verdadero Sol de Justicia, Jesucristo, y la traslado definitivamente a esa fecha que se mantuvo a partir de entonces hasta nuestros días. A pesar de ser una fiesta instaurada en la Iglesia latina, a fines del siglo IV, San Juan Crisostomo la implanto en Antioquía, y de allí paso a Constantinopla. A mediados del siglo V se celebraba ya en Jerusalén y por el año 430 en Alejandría desde donde se extendió a otras Iglesias orientales. No obstante, las Iglesias llamadas Ortodoxas, nunca adoptaron absolutamente la fecha del 25 de diciembre y muchas volvieron al 6 de enero, sobre todo luego del cisma del 1059 en que se separaron de Roma. La tradición de representar el nacimiento del Señor se remonta entre los cristianos al siglo XIII. Tal iniciativa se debe a San Francisco de Asís quien para aprovechar espiritualmente mejor el misterio de la Natividad penso en reproducir el lugar donde había nacido el Redentor. Se cuenta así que armó un establo llevando animales y el mismo se ubicaba en los diversos lugares de los personajes, la Virgen, San José, los pastores y hasta los animales, y meditaba sobre cual seria su actitud frente a ese Niño-Dios que se había hecho hombre para salvar a los hombres. A partir de esto, comenzó la idea de utilizar figuras para armar la escena del nacimiento, sobre todo en Italia y que luego paso al resto de Europa y a todo el mundo cristiano. Desde ya es una costumbre que quedo solamente entre los católicos y que los protestantes no siguieron después de la Reforma del siglo XVI. También, los Pesebres, tomaron sus características según las regiones, por ejemplo los Pesebres Napolitanos, cuyos personajes están vestidos a la usanza campesina del sur de Italia, o bien el hecho de ser objeto sus figuras de verdaderas obras de arte como el Pesebre de tamaño real realizado en madera tallada policromada por los artesanos de Oberammergau, Alemania, que fuera obsequiado al Papa y que se arma todos los años dentro de la basílica de San Pedro. La canción navideña mas popular: Stille Nacht (Noche de Paz), cumple este año el 180o aniversario de su estreno. Fue cantada por primera vez en la Misa de Nochebuena del año 1818 en la iglesia de San Nicolás de Oberndorf, una pequeña aldea a 10 km. al norte de Salzburgo (Austria). La creación surgió a partir de la idea de componer una canción para la Navidad para ser ejecutada en la Iglesia del pueblo el día de la Fiesta. El autor de la letra fue el Padre Joseph Mohr, coadjutor de la iglesia de San Nicolás entre los años 1817 y 1819, y la música se debe al Profesor Franz Xaver Gruber, maestro de escuela en el pueblo de Armsdorf y organista de la iglesia de San Nicolás. La noche del 24 de diciembre de 1818, "Noche de Paz" se interpretaba por primera vez. El Padre Mohr canto como tenor y acompañó con guitarra, Gruber en la voz de bajo, mientras que el coro hacia el "ritornello" de los dos últimos versos. La partitura definitiva de Gruber data del año 1855 y fue compuesta para soprano y contralto con un "silencioso acompañamiento de órgano". El texto autógrafo se encuentra el Museo "Carolino Augusteum" de Salzburgo. A fines del siglo XIX, el templo de San Nicolás sufrió un terrible incendio dejándolo en un estado tan precario que se hizo necesario demolerlo en 1906 por razones de seguridad. En el mismo sitio donde se encontraba la antigua iglesia se levanto en una pequeña capilla conmemorativa del Stille Nacht inaugurada el 15 de agosto de 1937 para recordar el lugar en donde se canto la celebre canción navideña y en honor de sus autores. La capilla, de dimensiones modestas, es de planta octogonal con una cúpula como techo. En su interior, sobre el altar adosado a la pared se levanta un hermoso retablo de madera tallada policromada que recuerdan misterios de la vida de Cristo. El panel mayor del retablo, ubicado en la parte superior y que abarca los dos tercios de la altura total, esta dedicado a la Natividad de nuestro Señor. Tres paneles inferiores registran La Adoración de los Magos, La huida a Egipto, y entre ambos la Crucifixión. En los dos únicos ventanales de los lados de la capilla, se encuentran dos vitrales con los retratos de los autores, el Padre Mohr y el Profesor Gruber. Todas las Nochebuenas la capilla, emplazada en un sugestivo jardín poblado de abetos que lucen un espeso manto de nieve, es engalanada e iluminada especialmente, teniendo lugar allí las celebraciones navideñas con gran participación de feligreses, muchos de ellos vestidos con sus trajes tradicionales. El árbol de Navidad, un abeto frondoso y cargado de adornos, según los investigadores, tiene su origen en el paganismo centroeuropeo, pues rendían culto a sus dioses en los bosques o en determinados sitios donde se alzaba algún árbol significativo. San Bonifacio, uno de los grandes misioneros de la evangelización de Europa, se dedico a destruir estos hitos paganos y entre sus historias se cuenta que derribaba arboles cultuales.No obstante, el árbol que recuerda el nacimiento de Jesús, entre los pueblos germanos cristianizados, simbolizaba el árbol del Edén, pero no ya aquel del fruto prohibido que fue el comienzo del pecado en el hombre sino el que conmemora el Fruto de la salvación, de allí el carácter de sus adornos y decoraciones. El uso del árbol de Navidad, proveniente de la tradición germánica, se comenzó a utilizar mas propiamente en el siglo XVII en la ciudad de Estrasburgo (Francia), difundiéndose hacia el norte de Europa, sobre todo en países protestantes. Es mas que comprensible que, al rechazar en su doctrina todo uso de imágenes, hayan recurrido y adoptado un símbolo que recordara el nacimiento del Redentor. En 1841, el príncipe Alberto (+1862), consorte de la reina Victoria I (1837-1901), lo introduce en Gran Bretaña y luego pasara a los Estados Unidos por medio de los inmigrantes protestantes que también lo llevan al resto de los lugares a donde emigraran. Con el correr de los años, el árbol de Navidad, como símbolo del nacimiento del Señor, pasara también al orbe católico, y desde hace ya mucho tiempo, en la Plaza de San Pedro en Roma, junto al Pesebre se alza un enorme abeto decorado profusamente que es regalado todos los años al Papa por diversas comunidades católicas de los países centroeuropeos. El actual Papa Noel tiene su origen en la veneración de que era objeto San Nicolás, obispo de Mira (Turquía), cuyo culto se expandió en todo occidente a partir del siglo X. Su historia cuenta que protegía de las tormentas a los marinos, defendía a los jóvenes y niños, y daba regalos a los pobres. A partir de ello quedo la tradición de los obsequios del generoso San Nicolás. Este santo, llamado Sankt Nikolaus en Alemania y Sanct Herr Nicholaas o Sinter Klaas en Holanda, aparecía a veces representado con esquíes o bien a caballo con vestimentas de obispo y acompañado por Black Peter (El Negro Pedro), un elfo que castigaba a los niños malos. La fiesta de San Nicolás es celebrada por la Iglesia el día 6 de diciembre. Después de la Reforma, los alemanes protestantes promovieron la veneración del Christkind (Cristo Niño) considerándolo el regalo dado a los hombres el día 25 de diciembre. Esta iniciativa no prospero y prevaleció la tradición de San Nicolás, pero su actividad de generoso dador de presentes fue llevada definitivamente al día 25 vinculándolo así con la Natividad del Señor. Otros países, siempre relacionado con la Navidad, han adoptado y adaptado el personaje de San Nicolás, al que dieron diversos nombres: Pere Noeel y Father Christmas (Papa Navidad) en Francia e Inglaterra respectivamente, y Julenisse en los países escandinavos. La versión americana de Papa Noel proviene del Sinter Klaas de Holanda y su aparición data del siglo XVII en Nueva York. Los holandeses establecieron en el Nuevo Mundo algunas colonias: en la costa Este de América del Norte, en islas del Mar de las Antillas al Norte de Venezuela y en la Guyana al Noreste del Brasil. La colonia de América del Norte tuvo su asentamiento a partir de 1613 y la llamaron Nueva Holanda, extendiéndose cerca de 300 km. a lo largo del curso del río Hudson. En 1614 fundaron un fuerte en la parte superior del río con el nombre de Orange, y en una isla frente a la desembocadura la ciudad de Nueva Amsterdam. La colonia paso a manos inglesas en 1664 y el fuerte cambio su nombre por Albany y la ciudad por Nueva York. En 1773, Sinter Klaas apareció en un periódico, y no se sabe porque, con el nombre "St. A Claus" y de allí derivo Santa Claus. Pero es el escritor Washington Irving quien da un relato detallado acerca de la versión holandesa de la leyenda de San Nicolás a través de su Historia de Nueva York, publicada en 1809 bajo el seudónimo de Diedrich Knickerbocker, y que describe la llegada del santo sobre un caballo blanco, mas sin la compañía de Black Peter. El proceso de "americanización" de Santa o Saint Nick, como también se lo llama, continuo en 1823 con el poema A visit from Saint Nicholas (Una visita de San Nicolás), mas conocido bajo el nombre The night before Christmas (La noche antes de Navidad) de Clement Clarke Moore, incorporando numerosos detalles: el trineo tirado por ocho renos especificando sus nombres (el noveno reno, de nombre Rudolph, con una gran nariz roja, es un agregado que data de 1939), las típicas risotadas y saludos, las entradas por las chimeneas, etc., y con características mas de un duende que de un santo obispo, sea por su personalidad como por su típica vestimenta: chaqueta, pantalones y gorro rojos con vivos de piel blanca y grandes botas negras. El dibujante Thomas Nast, realiza una serie de diseños de este Santa Claus "americanizado" para los números de Navidad de la revista Harper´s entre los años 1860 y 1880, añadiendo otros elementos a la leyenda como ser el hecho de tener su taller de regalos en el Polo Norte y el poseer un lista de niños buenos y malos de todo el mundo. Otra versión de Santa Claus se debe a la campana lanzada por The Coca-Cola Company en 1931, siendo quizás la imagen mas popular que conocemos del mismo. De todo este proceso, los cristianos deben considerar el hecho de que la leyenda tiene su origen en la vida real de un santo, San Nicolás, y que a través de ello saber rescatar lo que se ha perdido, el ser un símbolo de caridad, de generosidad y de alegría en el contexto del nacimiento de nuestro Redentor.
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