Minutos después de que el Poder Ejecutivo Provincial confirme el aumento del 10 por ciento a los empleados públicos, que lleva el sueldo mínimo de bolsillo a 2.640 pesos (incluido la quincenita), los gremios que representan a los trabajadores estatales salieron a dejar reflejada su postura respecto del anuncio. El primero en hacerlo fue el secretario general del Sindicato de Trabajadores Públicos Provinciales (SITRAPP), Carlos Laciar, quien consideró “insuficiente” el incremento al ratificar su postura de que el sueldo mínimo de bolsillo debe ser llevado al menos a 3.000 pesos. Además, agregó que en promedio “este es un aumento de no más de 200 pesos y encima no va al salario básico”, por lo que no descartó iniciar un plan de lucha para intentar que se establezca en el corto plazo el piso salarial que ellos reclaman. Distinta es la postura de su par del Sindicato de Empleados Municipales, Carlos Del Giorno, quien consideró “positivo” el anuncio oficial, siempre y cuando se brinde “un aumento del 10 por ciento en forma trimestral de aquí a fin de año”. Igual, coincidió con Laciar en que toda suba debe ser absorbida por el sueldo básico. Finalmente, el combativo titular de la delegación local de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), Rogelio De Leonardi, criticó con dureza que “el gobierno haya otorgado el aumento de forma unilateral sin siquiera consultar a los gremios”. Luego, agregó que el incremento es “miserable” y argumentó su postura al advertir que “este es un paliativo que lo único que genera en los trabajadores públicos es rechazo y no aceptación”.
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