martes, 4 de septiembre de 2012

EL ACEITE DE OLIVA EN EL CENTRO DE LA TORMENTA.

Aunque Cristina insista que el mundo se nos cayó encima, en los principales productos de exportación de la Argentina la sentencia no se cumple. El caso más llamativo es el de la soja, que supera los 630 dólares por tonelada en la Bolsa de Chicago y arrasa con el vaticinio. La bendición alcanza ahora al aceite de oliva, castigado en los últimos meses por el contexto difícil en que se desenvuelven las economías regionales, con costos que cotizan al dólar negro e ingresos que se mueven con el oficial. Pero la sequía, que diezmó en 110 millones de toneladas la cosecha estadounidense de maíz y castigó a Rusia y Ucrania con pérdidas estimadas en 50 millones de toneladas, también afectó a los olivares. España, el mayor productor mundial, redujo la cosecha de 1,2 millones de toneladas a 600.000. La falta de lluvias se extendió por toda Europa sacudiendo los olivares de Italia, Portugal, Grecia y también de Marruecos. “A ese cuadro se añadieron las crisis políticas que atraviesan Egipto, Túnez y Marruecos que provocaron una brusca caída de la oferta mundial ante una demanda que, insensible a la crisis y muy atenta a lo saludable, aumenta sin cesar”, cuenta a Clarín Enrique Gobbée, que administra fondos de inversión en olivos. Así las cosas, la cotización de la tonelada de aceite de oliva saltó desde los 2.200 a los 3.200 dólares en cuestión de unos pocos meses. Argentina es, sin embargo, un actor de reparto en el escenario global: produce 22.000 toneladas al año, consume 10.000 y embarca al exterior el resto. El olivo se da aquí en grandes extensiones. El rey del juego, Cristóbal López, es número uno, seguido por los chilenos de Cencosud, los laboratorios Roemmers, el grupo Liberman, las pinturerías Tersuave y José Chediak. Estas producciones se asentaron sobre la base de la desgravación impositiva, un beneficio que ya se extinguió. “Otro tema son las trabas para la importación que, en el caso del olivo, impidieron el ingreso de agroquímicos específicos y máquinas recolectoras para la cosecha”, apunta Carlos Torrico, de la exportadora Tradexa. Eso sí, hay provincias con buena estrella. Catamarca, por ejemplo, logró un acuerdo especial y esquivó las prohibiciones. La Rioja, en cambio, sufre las consecuencias.

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