Mientras el Gobierno está embarcado en la elaboración de un proyecto de crecimiento a largo plazo para entregar a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y los esfuerzos para colocar los fondos extras en el Presupuesto 2010, el viaje del intendente de Arauco, Gustavo Minuzzi, a Italia, ha generado un nuevo dolor de cabeza para el oficialismo en la Provincia. Es por todos conocido que Minuzzi es uno de los legisladores alineados incondicionalmente con el gobernador Beder Herrera, y uno de los que sostuvieron las acciones que terminaron con la caída del gobierno de Angel Maza. Por eso, se daba por descontado que él y otros legisladores e intendentes tenían una suerte de patente de corsario en sus respectivos territorios, donde algunos se han empeñado en hacer respetar su voluntad hasta el límite de la ley.
Sin embargo, en los últimos comicios, las urnas hablaron y el mensaje fue recogido por el gobernador Beder Herrera, quien a pesar de no haber estado sometido a plebiscito alguno, logró salir indemne del sofocón que sufrió el peronismo a manos de un resurgimiento todavía incipiente del radicalismo empujado por una buena imagen del chileciteño Julio Martínez. Ni lerdo ni perezoso, el Beder opinó y ya se sabe que su opinión pesa, que los radicales que resurgen como la real fuerza de oposición en la Provincia, deben tener representación en los organismos de control. Y ahí nomás se comentó en su entorno que no se entrometerá en las cuestiones internas del departamento Arauco. Es decir, que el intendente Minuzzi y los concejales de la oposición, arreglen la situación en su departamento. Otros gestos no pueden dejarse pasar por alto: esta semana desembarcó en la norteña Aimogasta, una auditoría del Tribunal de Cuentas. Hasta aquí, las cosas que corresponde hacer cuando se respeta la institucionalidad. No ocurre lo mismo con la actitud que habrían tenido algunos legisladores hacia los concejales opositores en Arauco, a quienes les habrían hecho ver la conveniencia de dejar todo como está porque Minuzzi no sólo no será destituido sino que si hay intervención, será al Departamento Ejecutivo y al Deliberativo. Al parecer no habría causales para una intervención y de acuerdo con el Tribunal de Cuentas las cosas estarían en condiciones, aunque habrá que esperar los informes definitivos. Desde la Legislatura, en forma oficiosa aseguran que se respetará la institucionalidad y la autonomía de los municipios, pero no se aceptará la “impunidad” de nadie, advirtieron. El enfrentamiento en Arauco, es entre el intendente Minuzzi y el diputado electo Nicolás Martínez, enemigos de toda la vida y no sólo políticos. Al filo de la semana, Minuzzi debió volver sobre sus pasos y reconocer que se equivocó al lanzar improperios al ex intendente. Y está bien que lo haga. Ahora bien, la situación actual debe resolverse de acuerdo con la ley. Si corresponde aplicar sanciones al intendente, debe hacerse y éste aceptarlas de buen grado. Y los concejales deben permitir que aunque tenga minoría en el cuerpo, el intendente ha sido elegido para gobernar y deben dejarlo ejercer su mandato.
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