Encuentro Cívico es un espacio político hasta ahora liderado por radicales disidentes, que fue lanzado el martes por la noche en el club 3 de Febrero. Lo integran Guillermo Galván, Judith Díaz Bazán, el bloque radical de concejales capitalinos, José Luis Bellia y Joaquín Nieto. Éste último fue legislador por Arauco y estuvo en la mesa principal en el lanzamiento acompañado también por el ex senador Raúl Galván. Nieto, aunque es radical, fue un aliado del intendente Gustavo Minuzzi, y ahora sería el próximo escollo que debería pasar Julio Martínez, precandidato a gobernador, por lo menos oficializado por el diputado nacional, Ricardo Alfonsín, hoy precandidato presidencial. El radical arauqueño –con teléfono abierto con la Casa de Gobierno- podría presentarse como precandidato a gobernador para discutirle el sello partidario a Martínez, actual diputado nacional. Se repetiría la misma estrategia que le hizo Ángel Maza, ex gobernador, a Carlos Menem, cuando Carlos Chacón se presentó en la interna del PJ por la senaduría nacional. En aquellos tiempos, Chacón, ex director de Casa de La Rioja en Buenos Aires, juraba su alejamiento del mazismo, pero compartía momentos íntimos con el propio ex mandatario. Así el radicalismo iría a elecciones internas abiertas y simultáneas en agosto con dos listas –hasta el momento: por un lado, Martínez; y por el otro, Nieto. En el oficialismo aseguran que nunca se analizó esa posibilidad, sin embargo el interés de la Casa de Gobierno por lo que sucede en la sede de la calle Bazán y Bustos cada vez es más llamativo. Si se da la interna y gana Martínez, llegaría desgastado porque debería utilizar recursos, que no los tiene. Pero ex aliados del oficialismo y sectores del PJ disidente estarían dispuestos a avalar al chileciteño. Lo cierto es que el diputado nacional reconoce que está en marcha un proceso de captura de dirigentes radicales para que no lo acompañen en su proyecto a gobernador, aunque dice que seguirá hasta el mismo día de las elecciones, previstas para el mes de octubre. El argumento de Galván para alejarse de Martínez fue que el radicalismo debe conformar un frente electoral, con una pata peronista. Pero el chileciteño sostiene que acepta ese pensamiento, pero que la pata peronista no sea el propio bederismo. Martínez es uno de los dirigentes con mayor porcentaje de imagen positiva, aunque caen esos números cuando se les consulta a los futuros votantes si lo votarían. Especialmente, los empleados estatales temen que con un gobierno radical en la provincia ponga en riesgo la grilla salarial.

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