El diputado nacional Julio Martínez (UCR – La Rioja) dijo, con referencia al titular del EMSE (Energía y Minerales Sociedad del Estado), Héctor Durán Sabas, que “el que haya salido a defender las listas negrasencontradas en poder de directivos de Osisko, responde a las prácticas a las que él está acostumbrado, propias de la época más oscura de la historia argentina”. Luego de que en las últimas semanas se hayan acrecentado los encuentros entre directivos de Osisko y funcionarios del gobierno provincial, la denuncia de Martínez toma especial relevancia debido a la fuerte campaña llevada a cabo por el kirchnerismo en defensa de los derechos humanos y por que la misma apunta a la persona designada directamente por el gobernador Beder Herrera para defender la política minera de su gobierno. “Desde 2003, el gobierno nacional viene pronunciándose a favor de los derechos humanos y de encarcelar e investigar a aquellos que prestaron funciones en el último proceso militar. Sin embargo, en La Rioja, siguen amparando al titular del EMSE Héctor Durán Sabas”, afirmó Martínez. Pese a ser el máximo responsable de la empresa estatal que debe controlar la energía y los minerales, la participación de Durán Sabas, quién además fue presidente del bloque oficialista en la última convención constituyente, que entre otros puntos limitó la reelección del gobernador a un solo período, no había sido de mayor importancia hasta finales del año pasado que defendió un accionar propio de la dictadura militar. “El pueblo de Famatina, enterado de una reunión que se llevaba a cabo entre funcionarios del gobierno, representantes de Osisko y del Municipio de Famatina, tomó la decisión de expulsar a los representantes de la mega minera canadiense. Allí aparecieron las lamentables listas negras”, recordó Martínez. También explicó que en las extensas listas confeccionadas, y que ya fueran denunciadas en el Congreso Nacional junto a su compañera de bancada y comprovinciana Inés Brizuela y Doria, se encontraron nombres, apellidos e información personal de muchas personas relacionadas a la resistencia a la megaminería, con calificativos como “cabecilla”, “protagonismo” o “muy agresiva”. Además de un manual de procedimientos, en el cual la empresa informaba su organigrama, el discurso institucional a reproducir y un inventario de los pozos de agua con sus respectivos caudales. “De sus afirmaciones se puede observar cómo trata de minimizar la gravedad del hecho incluso, desconociendo este mecanismo tan utilizado por los servicios de inteligencia, que recuerda a las épocas de la represión militar. Esta absurda justificación sólo se debe a su formación poco democrática, ya que fue funcionario de la dictadura más sangrienta que nos tocó padecer a todos los argentinos”, concluyó Martínez.
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