Entraba el ex ministro de Salud Alejandro Buso al club Social y el ex secretario general de la Gobernación Roberto Catalán a la misma hora ingresaba al cajero del Banco Patagonia, pero no a comprar el libro. La casualidad encontraba al concejal quintelista Enrique Escudero en el café del Hotel Naindo, quien estaba con el asesor general del municipio Emilio Rodríguez y el ex secretario de la gobernación del interinato de Luis Beder Herrera, Daniel Herrera. En otra mesa estaba el ex vocal del Tribunal de Cuentas, Héctor Davil, quien solo se hacía ver por el nuevo complejo de departamentos Saavedra, en inmediaciones del King Hotel. No había intendentes ni legisladores provinciales y nacionales, ni siquiera los periodistas que defendian a ultranza el modelo, esos mismos quienes habían solicitado la intervención de la provincia cuando Ángel Maza había sido suspendido por la Legislatura bederista y luego destituido. Así el ex gobernador comenzaba la presentación de su libro “Mi verdad, testimonio político” con ex funcionarios de segunda y tercera línea de su gobierno, y hasta su custodia decía presente en una noche con mucho calor. Familiares directos y amigos, como empresarios, saludaban a Maza y a su equipo de abogados encabezados por el ex senador radical, Raúl Galván. También estaba el ex juez federal Pedro Carreño, quien trabajó con Galván. Miguel Bravo Tedín, quien hizo el prólogo del libro, abrió la presentación, tras de haber avalado la reformulación de la escuela Normal, impulsada por Beder Herrera. Ya habían pasado cerca del edificio ex funcionarios mazistas, que hoy levantan las banderas del bederismo, en vehículos con vidrios polarizados y con aire acondicionado. Muchos de ellos se cortaban las venas por “Didí”, pero la política es el arte de lo posible. En la noche del mazismo, Tedín hizo política, ya que consideró que “esta provincia está paralizada hace dos años” y agregó al respecto que “La Rioja no merecía contar con este gobernante de hoy”; mientras que el padre de Guillermo, recordó que el juicio político contra el ex mandatario provincia fue “vergonzoso y humillante” y aseguró que “nunca se pudo concebir que en cuatro días se destituyera a un gobernador de la provincia”. Ya Maza había hablado previo a la presentación y no había hecho una autocrítica de su gestión. Menos lo hizo en el acto, pese a que los suyos entienden que la destitución se produjo por una actitud soberbia de creer que las encuestas significan que la gente saldrá a las calles a defender un gobierno. Más aún que Maza y Beder Herrera fueron los mismos socios que le dieron la espalda a Carlos Menem, aunque el ex presidente los haya posicionado. “Simplemente defendemos nuestra gestión, no atacamos a nadie y digo en el libro mi verdad y las cosas que pasaron”, dijo el ex mandario, al insistir: “Hoy mi prioridad no es una candidatura sino decir mi verdad”. “Acá me quisieron proscribir y después decretar la muerta civil y yo creo que la democracia se la fortalece con mayor participación, donde la gente pueda optar”, agregó. Ya se habían leído cartas de funcionarios kirchneristas, gobernadores y amigos de Maza, quien resaltó que en la actual gestión “hay improvisación, no existe un plan de gobierno y la gente no está viviendo bien” y criticó que “no se tiene el más mínimo rescato o apego al funcionamiento de las normas”. Maza sostuvo que “no quiero cuestionar aspectos puntuales porque quiero tener todos los elementos antes de emitir una opinión” y apuntó que “veo en líneas generales algunos aspectos que habría que mejorar. No se puede hacer un manejo de la plata con total desparpajo. El funcionario público no tiene que manejar plata, tiene que manejar cheques. Hoy todos manejan plata, llevan y traen y así es muy difícil garantizar transparencia en los actos de gobierno”. Sobre su situación judicial, Maza aclaró que “me apena la tergiversación de los actos como, por ejemplo, la citación por sedición que me adjudican” y se preguntó “¿Cómo un gobernador elegido va a hacer sedición?. Sedición significa alzamiento en armas y yo estaba defendiendo la democracia, era un gobernador legítimamente elegido que había sido suspendido. Estábamos en una vigilia pacifica, nadie puede pensar que quise quemar Casa de Gobierno cuando había ciudadanos comunes, periodistas y estaban mis hijos”. Finalmente, Maza instó a los jóvenes a “a volver a la política de los valores, a la política que genera mística y no temor, que genera ideales alrededor de un proyecto, va a ser la única forma de salir adelante”.
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