El 8 de julio de 1988 asumía la Presidencia de la Nación el Dr. Carlos Saúl Menem luego de haberse impuesto en las elecciones del 14 de mayo de ese mismo año. Había logrado su postulación en las primeras y únicas elecciones internas del Partido Justicialista celebradas en julio de 1988, consagrado por el voto directo de los afiliados tomando al país como distrito único.- Tuvo que asumir seis meses antes del plazo constitucional correspondiente, por la renuncia a sus cargos del Presidente Raúl Alfonsín y del Vicepresidente Víctor Martínez, como consecuencia de la grave situación económica, social y política que se vivía en el país.- Si bien esa circunstancia de la entrega anticipada del poder constituye por sí sola una prueba de la crisis imperante en ese tiempo, no está de más recordar algunos pocos datos y circunstancias que la revelan y que suelen ser olvidadas por falta de memoria o, lo que es peor, por mala fe de los elaboran el relato: - la hiperinflación más elevada que sufrió el país en toda su historia, al punto de haber llegado al 196% sólo en el mes de julio y con un arrastre anual de mas del 3.000 por ciento; la imagen de la gente haciendo largas colas frente a los bancos y casas de cambio para defender sus pesos cambiándolos por dólares, es una fotografía de los momentos que se vivían; - la virtual cesación de pagos en que se encontraba el Estado, tanto con los organismos internacionales (salvo el FMI a quien se le pagaba regularmente), como en el orden interno. Al respecto cabe recordar que había 40.000 juicios por deudas a contratistas y proveedores del Estado y por otra parte se había dictado un decreto suspendiendo la impresionante cantidad de juicios previsionales por deudas y reajustes jubilatorios; - la crisis energética que se manifestaba por continuos cortes en el suministro de electricidad y que obligaba a numerosos usuarios a recurrir a generadores individuales. - las casi inexistentes reservas en el Banco Central, la falta de inversiones internas y la imposibilidad de conseguir financiación externa habían generado un creciente deterioro de la actividad económica.- La más dramática descripción de la situación que se vivía en esos tiempos corrió por cuenta de un Secretario de Estado del área económica del Gobierno saliente, el Doctor Adolfo Canitrot, quien en declaraciones efectuadas al diario Ámbito Financiero de fecha 26 de mayo de 1989 expresaba conceptos de este tenor: “Este proceso explotó en el desastre del 6 de febrero. Allí todas las defensas fueron sobrepasadas. A partir de entonces es un proceso de destrucción del Estado. Estamos en un estado de emergencia y hay que asumirla como tal…. Y el peronismo se va a encontrar con que llega al poder en una situación inmanejable. Va a encontrar la casa destruida”.-Frente a tan angustiante situación hubo que adoptar con urgencia reformas estructurales para superar el flagelo de la hiperinflación, lograr la estabilidad económica y el crecimiento del país, para lo cual se sancionaron la ley de reforma del Estado (23.696) y la de emergencia económica (23.697) como así también muchas otras medidas que, al cabo del tiempo, permitieron vencer el fenómeno inflacionario y comenzar un proceso de crecimiento que alcanzó al 48 % en el periodo 1989-1999. En ese mismo periodo se pueden citar algunos ejemplos de crecimiento tales como: producción de cereales y oleaginosas: de 26.663.000 a 64.217.000 toneladas; petróleo: de 27 a 46 millones de metros cúbicos; la generación eléctrica de 46.425 a 73.169 MWh; las redes de distribución de gas: de 50.401 a 101.569 kilómetros y el gas entregado de 18.991 a 30.157 millones de metros cúbicos; la producción lechera: de 6.000 a 10.312 millones de litros; la producción de cemento de 3.611 a 7.186 miles de toneladas; la producción de automotores de 128.000 a 458.000; las exportaciones: de 9.579 a 23.309 millones de dólares; la industria de la construcción creció un 141% ; las líneas telefónicas: de 3.086.964 a 7.109.498 y los teléfonos celulares de 15.000 a 3.816.529 aparatos. Por otra parte las reservas del Banco Central se incrementaron de 3.000 a 33.563 millones de dólares. Sin olvidar que la incorporación de equipamiento y modernas tecnologías, posibilitaron el crecimiento de la industria y de la producción agropecuaria en los años siguientes, favorecidos además por la mejora de los precios internacionales.- Esos resultados posibilitaron que cumplidos los seis años de mandato el Presidente Menem fuera reelegido en el año 1995 por el 50% de los votos, lo que revela el alto grado de aceptación que tuvieron las políticas de gobierno adoptadas.- Precisamente gracias a los resultados de esas políticas se pudieron afrontar, no sin sobresaltos y dificultades por cierto, severas crisis internacionales, como la de México (efecto tequila), la del sudeste asiático, la de Rusia y la provocada por la devaluación de Brasil en 1998. Sin olvidar por cierto los bajos precios internacionales de nuestros productos agropecuarios y las altas tasas de interés del financiamiento internacional que impactaron negativamente en el desarrollo económico de todos los países emergentes.- Desde luego que como todos los procesos de reformas estructurales provocaron en su tiempo, y siguen provocando aún, todo tipo de críticas, muchas de ellas de mala fe o con desconocimiento de la realidad. Basta recordar a título de ejemplo el caso del Intendente que para oponerse a la construcción de la ampliación del acceso norte, porque supuestamente implicaría la tala de árboles, se encadenó a uno de ellos, no obstante el beneficio que la obra significaría para su municipio.- Los que hoy critican duramente la privatización de las empresas del Estado, omiten de señalar que la gran mayoría de ellas, además de ser altamente deficitarias, prestaban un servicio ineficiente. Omiten también de mencionar casos como el de los teléfonos, que nos permitió contar con una de las telefonías más avanzadas del mundo, superando una situación en que se tardaba hasta 10 años para conseguir una línea telefónica.- Llevaría mucho espacio enumerar las grandes obras y emprendimientos realizados durante 10 años de gobierno, pero bastaría con recordar los 9.800 kilómetros de rutas construidas o mejoradas por el sistema de concesión; las redes de acceso a la Capital; la terminación de la represa de Yaciretá; la modernización de puertos y silos y el dragado de los canales que facilitaron enormemente la exportación de nuestros productos ; la construcción de obras largamente reclamadas como el aeropuerto de de Ushuaia y los Puentes Rosario-Victoria y Santo Tomé-Borja, etc.. Sin poder dejar de mencionar la terminación de las Biblioteca Nacional después de 30 años de estar prácticamente paralizada. Finalmente un dato no menor: con el producido de las privatizaciones se pudieron cancelar deudas a jubilados por una suma del orden de los 13.000 millones de pesos (equivalentes a dólares).- Por cierto que no se puede gobernar un país durante 10 años sin cometer errores, los que pueden ser materia de una autocrítica que no se puede eludir. Pero es que el proceso de salvaje demonización realizado en contra de ese gobierno, enfatizando sólo los errores y omitiendo totalmente las cosas positivas, nos obliga hoy a recordar algunas de estas últimas, para que las generaciones actuales y futuras no tengan una visión distorsionada de la historia reciente de nuestro país.-
Por Adrián Menem.
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