El ex presidente argentino Carlos Menem, acusado del delito de encubrimiento y abuso de autoridad en la investigación de un atentado contra una mutual judía en Buenos Aires, dijo a la agencia Reuters que apelará la decisión judicial de procesarlo y aseguró que es víctima de persecución. Menem, quien actualmente es senador, y su hermano Munir, además de otras tres personas, fueron procesados sin prisión preventiva la semana pasada, acusados de obstruir la investigación del ataque que dejó 85 muertos y más de 300 heridos en julio de 1994. El atentado derrumbó por completo el edificio donde funcionaba la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en pleno centro de la ciudad, en uno de los peores ataques contra la comunidad judía desde la Segunda Guerra Mundial. "Vamos a esperar el resultado de la apelación porque a la causa se la va a apelar", dijo Menem, de 79 años, en una entrevista con Reuters en la noche del lunes. "No hay ninguna prueba que considere que yo haya intervenido de alguna manera en este atentado tremendo", agregó, indicando que su defensa agotará "todas las instancias procesales para llegar a la verdad". El juez federal Ariel Lijo consideró la semana pasada que Menem y su hermano incidieron en el proceso judicial para proteger a miembros de una familia de allegados, sobre la que recayeron sospechas de vínculos con el atentado. El magistrado ordenó además un embargo a los acusados por 300.000 pesos (unos 78.000 dólares). Menem, que gobernó Argentina entre 1989 y 1999 en dos períodos consecutivos, es la primera vez que es procesado por una causa vinculada con el ataque a la AMIA. El ex mandatario estuvo detenido casi cinco meses en el 2001 en el marco de una investigación por contrabando de armas y también fue investigación después de su Gobierno por supuesto ocultamiento de bienes al Estado. El país sufrió durante su administración dos atentados, el que destruyó la AMIA y uno que dos años antes voló la sede de la Embajada de Israel, que dejó un saldo de 29 muertos. "Hay dos hechos que marcaron mi vida a sangre y fuego. En primer lugar la muerte de mi hijo (...); en segundo lugar, algo que me desplomó y desmoralizó, el atentado a la AMIA", dijo Menem. La investigación judicial argentina sobre el caso, que sufrió enormes retrasos por irregularidades, fue cerrada y posteriormente reabierta parcialmente en mayo por el máximo tribunal del país. El fiscal de la causa, Alberto Nisman, dijo la semana pasada que está probado que existió una gran relación entre Menem y la familia Kanoore Edul, de inmigrantes sirios como la del ex presidente y cuyos integrantes también niegan cualquier vinculación con el ataque. Pero el ex mandatario dijo que "el fiscal que interviene en la causa adoptó una actitud persecutoria" en su contra y explicó que, si bien conocía a la familia mencionada por el fiscal, "jamás hablé de este tema con ellos" y "nadie me pidió absolutamente nada". Por otra parte y dentro de la misma investigación sobre el atentado a la AMIA, la justicia argentina busca la extradición de funcionarios iraníes sospechosos de vinculaciones con el ataque. Uno de ellos fue nombrado recientemente ministro de Defensa de la república islámica y, además de negar su participación en el ataque, ha afirmado que el caso AMIA fue ensombrecido por la fabricación de documentos falsos. Menem, en tanto, sugirió que no es coherente que exista "una pista iraní" y una siria. "Hicimos todo lo posible para llegar a la verdad en el caso", aseguró.
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