Los gremios disidentes recogieron sus lanzas y no producirán nuevas protestas callejeras hasta ver que pasa con los empleados públicos, quienes no mostraron decisión de acompañar las protestas públicas en reclamo de un aumento salarial que lleve el sueldo de bolsillo a 2.000 pesos como mínimo. Los principales referentes del sector se reunieron en la sede del Sindicato de Obreros y Empleados Municipales (SOEM) para analizar la marcha de la protesta sindical y determinar cómo seguir adelante con el reclamo. Pero finalmente decidieron no realizar -al menos durante esta semana- nuevos paros ni movilizaciones. Aunque no lo admitieron públicamente, la escasa convocatoria de las dos últimas movilizaciones influyó decididamente en los gremios para tomar un respiro y replantear la estrategia del reclamo salarial. “Esta semana vamos a analizar la situación y evaluar las posibles estrategias del plan de lucha”, indicó el titular del SOEM, Carlos Del Giorno, quien junto con Carlos Laciar (SITRAPP) y Fernando Salcedo (CGT Disidente) son los principales referentes de los gremios que se oponen a la política salarial del Gobierno. Para Del Giorno, la caída en el nivel de convocatoria que había mostrado la protesta en sus primeras semanas se debió al “temor” de los estatales de sufrir descuentos si se sumaban a las movilizaciones. El gremialista también destacó que otro factor que jugó en contra fue la incertidumbre de los estatales sobre cuánto cobrarán con el aumento que dio el Gobierno. “Hoy casi nadie sabe cuánto va a cobrar de aumento. La gente está esperando saber eso”, comentó. De todos modos, Del Giorno calificó de “positiva” la marcha del plan de lucha. “Al principio el Gobierno decía que el aumento iba a ser a partir del 2010 pero nosotros salimos a la calle y lo adelantaron para octubre”, dijo, a modo de consuelo ante la escasa participación de los estatales en las protestas.
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