Que tristeza, ver en esta argentina de la intolerancia política, argentina de la decadencia cultural, social, argentina de la violencia, carente de modelos a seguir, aquellos que indican y acompañan el camino hacia “el deber ser”, sabiendo con certeza que podremos en conjunto alcanzar el bienestar. Me entristece además, la pérdida de la cultura del trabajo considerada como valor y orgullo, el “traer el pan a la casa” aquello que sucedía en esa argentina ubicada entre los primeros diez países del mundo, ¡era el granero del mundo! Donde no hace tantos años atrás, nuestro país, reconocido en el ámbito de las ciencias, con nombres que alcanzaron reconocimiento y recibían galardones internacionales por sus investigaciones. Hoy, por el contrario, vemos azorados que el mundo habla de la argentina violenta. Donde la pobreza continúa siendo un gran negocio para los gobiernos de turno, sin el mínimo interés por solucionar la miseria en que día a día se extiende como una plaga entre los ciudadanos. Sin advertir el peligro que conlleva el hacernos íntimos amigos de los “peores de la clase” y coquetear con modelos políticos que resultarían nefastos para el país, que ya sufrió atentados, persecuciones, secuestros, asesinatos a periodistas, líderes políticos y sindicales y a todo aquel que no acepte resignar sus ideales para agradar al soberano/a de turno, que se manejan bajo la premisa “quien no esta conmigo esta en mi contra”. Con el riesgo que representa caer en modelos sociales como el de Colombia, que debió soportar la injerencia de grupos paramilitares o de los carteles de la droga, en una sociedad que vio pasar desde secuestros, atentados y asesinatos de periodistas o lideres políticos como fue el caso mas resonante, de la ex senadora colombiana: Ingrid Betancurt. Considero que gran parte de la sociedad no desea esta argentina del peronismo violento, intolerable, con peligrosas similitudes a la banda que comandaba por la década del setenta: López Rega y María Estela Martínez de Perón, ejerciendo el poder con brazos armados que encabezaba Ramón Camps, entre otros y que hoy vuelven de la mano del secretario de Comercio Interior…el intocable Moreno y de las patotas sindicales. Bueno sería saber si las amenazas vertidas por Moreno a empresario del papel, fueron iguales a las que años atrás usaron para acallar a sus propios compañeros que sostenían con real convicción que el socialismo de Saint Simon era posible. Los mismos métodos que usaron para secuestrar y aniquilar a los mismos compañeros, por pensar y creer en otra argentina ás socialista. Y si vamos un poco mas atrás en nuestra historia reciente, recordamos que también fueron cómplices con el gobierno militar, en la eliminación de la “subversión” argentina, al firmar el decreto de aniquilamiento, en connivencia con la junta militar, en marzo de 1976; cuyas firmas fueron: Isabel Martínez de Perón, en su calidad de Presidente de los argentinos, Italo Luder y Antonio Cafiero. Pero la historia de los sesenta y setenta no tiene el mismo camino, la de las banderas de liberación o dependencia, o el de “Patria o Muerte” quedó en eso, en historia, por que hoy los debates, si los hay, se restringen a los mayores temas acuciantes, tales como reducir la pobreza estructural, la anomia que nos aqueja como sociedad, resultado de años de injusticia y del “sálvese quien pueda”. Hoy nuestra historia pasa por resolver los problemas de la pobreza estructural de los argentinos, por la falta de Justicia y la falta de los ejemplos que hagan que los argentinos, no sigan el camino mas fácil, como es el de delinquir o el camino de la trasgresión de todas las normas vigentes en un país al borde de lo marginal. La argentina de hoy, la de los KK, muestra la misma capacidad de destrucción de lo Público, embriagados de poder, que lleva a la destrucción y deterioro del funcionamiento de los tres poderes, restringen las libertades con actos intimidatorios y de leyes mordaza al ejercicio periodístico de medios con alcance nacional, lo que pudieron lograr con la componenda de distintos “representantes del pueblo” Para finalizar viene a mi memoria una frase del pensamiento de Aristóteles que dijo: “Los demagogos solo aparecen allí donde la ley ha perdido soberanía”.
Daniel Edgardo Rodríguez Lic. Comunicación Social DNI: 14.273.134
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