En una decisión para quitarle la iniciativa a la oposición, analizó junto a 17 gobernadores fieles elimitar ese tributo. "Es una de las variantes", dijo Randazzo. No será derogado en el corto plazo. Negociarán en comisión una nueva coparticipación. La creciente presión opositora para coparticipar la totalidad del impuesto al cheque, iniciativa parlamentaria que iba ganando apoyo entre las filas K, podría ser parte del pasado si prospera el anuncio con el que sorprendió el kirchnerismo al término de la cumbre entre Cristina Kirchner y los gobernadores aliados en la Quinta de Olivos. El ministro del Interior, Florencio Randazzo, y el mandatario chaqueño, Jorge Capitanich, informaron a los medios que la Presidente analizó, junto a los representantes provinciales, la posibilidad de derogar ese tributo que creó Domingo Cavallo durante el gobierno aliancista. "Es una de las variantes" tratadas, dijo el ministro. Aunque procuró no inflar demasiadas expectativas, al señalar que nada ocurirrá "ahora" y que la efectivización de esa idea dependerá de la evolución de las variables socioeconómicas. "Analizamos todas las variantes. Una de las variantes es la eliminación del impuesto al cheque, que talvez no sea ahora, porque hay que hacerlo con responsabilidad", precisó Randazzo, al hablar a la salida de la reunión que se realizó en Olivos. Por su parte, Capitanich adelantó que "la Presidente habló de la posibilidad de derogar la ley del cheque" pero sostuvo que eso está supeditado a "la evolución de la economía". El chaqueño también aseguró que durante la reunión mantenida en la residencia de Olivos "hablamos todos los gobernadores y cada uno expuso sus ideas" y señaló que "nos comprometimos a seguir trabajando en todos los aspectos referidos a ley de coparticipación y en un esquema complementario con vistas al presupuesto de este año a presentar el 30 de septiembre". SORPRESA K. La jugada puede dejar descolocado a más de uno. Mientras el arco antikirchnerista insiste con que los 10 mil millones de pesos estimados en la recaudación del Impuesto al Cheque estimados para 2010 bajen directamente a los gobernadores, desde la Casa Rosada podrían lanzar una venganza que los deje, directamente, sin arcilla para trabajar. El impuesto al cheque es visto como "distorsivo" por muchos economistas de perfil progresista. Con esto, más allá del agujero financiero que el gobierno deberá calcular, los Kirchner se ahorran un grave problema político: las deserciones en sus legisladores apoyando la moción opositora se seguían acumulando. Desde las 13.35, Cristina y los gobernadores fieles almorzaron en la Residencia de Olivos. El objetivo: que los mandatarios alineen a la tropa legislativa ante la presión de la oposición para coparticipar el impuesto al cheque y "analizar el modo en que se distribuyen los recursos y evaluar las transferencias (de Nación a las provincias) de 2003 a la fecha". Fueron invitados Daniel Scioli (Buenos Aires); Sergio Urribarri (Entre Ríos); Luis Beder Herrera (La Rioja); José Luis Gioja (San Juan); Jorge Capitanich (Chaco); Juan Manuel Urtubey (Salta); Gildo Insfrán (Formosa);Maurice Closs (Misiones); Celso Jaque (Mendoza); Miguel Saiz (Río Negro). También estuvieron Gerardo Zamora (Santiago del Estero); Walter Barrionuevo (Jujuy); Jorge Alperovich (Tucumán); Jorge Sapag (Neuquén); Eduardo Brizuela del Moral (Catamarca); Juan Schiaretti (Córdoba); Oscar Jorge (La Pampa) y Daniel Peralta (Santa Cruz). Los mandatarios que no fueron incluidos en esta primera reunión fueron Mauricio Macri (Ciudad Autónoma de Buenos Aires), Hermes Binner (Santa Fe), Alberto Rodríguez Saá (San Luis), Eduardo Brizuela de Moral (Catamarca), Ricardo Colombi (Corrientes), Mario Das Neves (Chubut) y Fabiana Ríos (Tierra del Fuego). Jorge Capitanich, gobernador del Chaco y vicepresidente del PJ. Manifestó su rechazo a la propuesta de modificar la coparticipación del impuesto al cheque, que pueda "desfinanciar al Estado Nacional de un modo compulsivo", y por lo tanto, "afecte la estabilidad económica". En diálogo con Radio Milenium, Capitanich dijo que "lo que rechazamos es cualquier intento de modificación del sistema de relaciones financieras intergubernamentales desde el Congreso, que afecte la estabilidad económica por desfinanciamiento para el Estado nacional, sin soluciones estructurales para los Estados provinciales". Entonces -continuó Capitanich-, si la presidente "tiene que plantear una opción en el sentido de sustituir los convenios bilaterales de reprogramación de deuda, por este impuesto al cheque, en el caso de mi provincia estaríamos perdiendo recursos, y esto es lo que queremos debatir de un modo razonable", pidió. "El problema que tenemos es que esto implica una diferencia de 600 millones de pesos de lo que nosotros necesitamos, versus los 420 que teóricamente nos tocaría por el impuesto al cheque. Si la presidenta tiene que plantear una opción en el sentido de sustituir los convenios bilaterales de reprogramación de deuda, por este impuesto al cheque, en el caso de mi provincia estaríamos perdiendo recursos, y esto es lo que queremos debatir de un modo razonable", explicó. Luis Beder Herrera, gobernador de La Rioja. "A La Rioja no le conviene votar" una nueva ley de coparticipación del impuesto al cheque. "Si se aprueba, a la provincia le ingresarán unos 90 millones de pesos (anuales), pero corren peligro los 450 millones que recibe por otras fuentes de recursos. Así que yo les pedí a nuestros diputados nacionales que no la voten”. José Luis Gioja, gobernador de San Juan. La discusión sobre la coparticipación federal "hay que ver los intereses del país por encima de cualquier interés particular o electoral. No hay que legislar livianamente. Hay que poner cada cosa en su lugar, y ver los intereses del país por encima de cualquier interés particular o electoral. "Nadie en esta discusión del impuesto al cheque dijo que la Nación voluntariamente está distribuyendo a las provincias un porcentaje del 30 por ciento del derecho de exportación de la soja. Esto le corresponde a la Nación, que lo distribuye voluntariamente", concluyó. Miguel Saiz, gobernador de Río Negro. "No vale la pena desvestir un santo para vestir otro, no está en la intención de ninguno de los gobernadores", cambiar el apoyo al Gobierno, para discutir el acceso a fondos que maneja el Ejecutivo, sentenció Saiz al ingresar este mediodía a la Residencia de Olivos. "Siempre hemos dicho que somos y seguimos siendo radicales. En el 2007 hubo una coyuntura muy especial, en la que había un proyecto de gobierno que se amoldaba mucho más nuestra línea de pensamiento y, además, nos habían puesto en la alternativa de elegir entre dos peronistas", aseveró Saiz a su llegada a la Residencia de Olivos.
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