viernes, 4 de junio de 2010

CUATRO CLAVES ECONÓMICAS SOSTIENEN LA ILUSIÓN DE KIRCHNER.

La estrategia de la "re-re" de Néstor Kirchner está en marcha y consiste en recolectar en las urnas los frutos que -según el Gobierno?ofrecería la economía hasta las elecciones. Alto crecimiento, cosecha récord, crédito barato y una caja fiscal alimentada por la inflación para multiplicar anuncios son claves de la fórmula del matrimonio K para los próximos 17 meses. La presidenta Cristina Kirchner acaba de lanzar un megapaquete de créditos para la producción, a tasa fija en pesos del 9,9%, al mejor estilo de las ofertas comerciales. El gran aportante será el Banco Central, otorgando adelantos transitorios a los bancos que participen del régimen de tasas subsidiadas. Con la medida, el Gobierno trasmite interés por estimular la inversión del sector privado, ya que en el último año ésta fue sostenida, al igual que el empleo, principalmente por el sector público. Es una manera también de mostrarse ocupado en atender el problema inflacionario, sin siquiera mencionar la palabra inflación. La medida podría extenderse a los prestámos hipotecarios en las próximas semanas, pero esta vez con recursos de la Anses, si lograra cerrarse un mecanismo de "swap de tasas" con entidades privadas. Sería una movida para congraciarse con parte de la clase media, una tarea que Kirchner creía infructuosa y que ahora se entusiasma por retomar. Hace unos días, la Secretaría de Energía suspendió durante el invierno, al igual que el año pasado, el aumento de tarifas de luz que Julio De Vido había anunciado hacia octubre de 2008 y que afecta a unos 500.000 hogares medios del área metropolitana. Otro guiño para la misma hinchada. El segundo brazo de la estrategia es el fiscal. Por eso, a esta altura del año, ya despejó la duda: la restricción presupuestaria no será un obstáculo en la carrera hacia 2011. Este año la administración Kirchner contará con tres "Fondos del Bicentenario" para tapar el agujero del Presupuesto 2010, que la propia ley calculaba en $ 58.000 millones. Los técnicos de la Secretaría de Hacienda estiran el bache a $ 90.000 millones, al contabilizar gastos no previstos en la norma: asignación universal por hijo, suba de jubilaciones y pensiones, aumento de empleados públicos, ampliación de partidas para obras de infraestructura, más publicidad oficial, mayores subsidios, etc. Vale recordar que, según el Presupuesto, el gasto público se expandiría sólo 12%, cuando en el primer cuatrimestre creció arriba del 30 por ciento.
Semejante brecha de financiamiento se cubrirá con: * "El Fondo de Desendeudamiento", integrado con reservas del Banco Central para pagar deuda por US$ 6569 millones (ya se usaron unos 2000 millones). * Las utilidades contables de 2009 que el Banco Central transferirá al Tesoro imprimiendo pesos por unos 23.550 millones. * El aumento de la recaudación potenciado por el impuesto inflacionario: los ingresos fiscales superarán, en una estimación conservadora, en $ 35.000 millones la meta presupuestaria.
Ya está definido que habrá una mejora -del orden del 30%- en el monto de la asignación universal por hijo, cuyo poder de compra fue licuado desde diciembre por el salto en los precios de los alimentos. También se buscará extender el número de beneficiarios, eliminando restricciones para acceder al derecho. Para cerrar el círculo, hacia septiembre, la Presidenta deberá firmar un DNU, como sucedió en años anteriores, para blanquear la ampliación del Presupuesto votado por el Congreso. Difícilmente la oposición legislativa consiga rechazarlo frente a un argumento irrebatible para los gobernadores: el oficialismo podría amenazar con la idea de que sin DNU peligran el pago de salarios públicos o programas sociales. Hay un cuarto "Fondo del Bicentenario" con el que Amado Boudou convenció al matrimonio presidencial de la necesidad de avanzar con el canje con los holdouts . Esa fuente de recursos adicionales es aún incierta a causa del tsunami financiero con epicentro en Europa. Y los módicos resultados preliminares del canje tal vez lleven a archivar la jugada. El plan contemplaba una primera emisión de US$ 1000 millones del bono Global 17. Pero la Secretaría de Finanzas inscribió en la SEC (la Comisión de Valores norteamericana) la autorización para emitir deuda por US$ 15.000 millones, tal como figura en el Presupuesto. Para concretar el canje, a lo sumo, se colocarán nuevos títulos por 9000 millones. Así que, de aclararse el panorama financiero en algún momento, la administración tendría vía libre para salir a buscar "fondos frescos" en los mercados por unos US$ 6000 millones. La excusa de "volver al mundo" -como dijo Cristina- sería el camino más rápido para renovar el talonario de la chequera. En el Gobierno hay quienes creen que la estrategia "market friendly" de Boudou -volver a los mercados para marcarle unas tasas de interés de un dígito al sector privado para financiar inversiones- ya fracasó. Otros, empezando por el propio ministro, obviamente, aún conservan la esperanza. Como sea, algunos funcionarios admiten que promover la inversión privada con créditos subsidiados es también un seguro para enfrentar un escenario distinto al imaginado, aunque todavía de baja probabilidad. Es una carta en caso de que la crisis europea pegue más fuerte de lo previsto, la inflación redunde a la larga en un ajuste del consumo, la economía vuelva a frenarse y la bomba fiscal no alcance para arrancar motores a tiempo.
Maximiliano Montenegro. Para LA NACION

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