lunes, 28 de febrero de 2011

LA CASA ROSADA ESPERA EL APOYO DE MENEM.

El kirchnerismo espera seducir a los senadores Carlos Menem (PJ-La Rioja), Roxana Latorre (PJ-Santa Fe) y María José Bongiorno (Frente Grande-Río Negro), que con sus cambios de postura permitieron mantener la paridad de fuerzas en el Senado y evitar la sanción de leyes complicadas para el Poder Ejecutivo en el último trimestre de 2010. El kirchnerismo quiere volver a discutir el reparto de comisiones en el Senado y pretende hacerlo con el as en la manga de tres legisladores que en marzo del año pasado votaron junto con la oposición para distribuir los cargos, pero luego dieron un giro de 180 grados y ahora apoyan al oficialismo. En la Cámara alta, algunos ya los llaman los "borocotós", en alusión al recordado diputado elegido en las listas de Mauricio Macri y que sin medias tintas se pasó al kirchnerismo. Ese grupo al que el kirchnerismo espera seducir está integrado por los senadores Carlos Menem (PJ-La Rioja), Roxana Latorre (PJ-Santa Fe) y María José Bongiorno (Frente Grande-Río Negro), que con sus cambios de postura le permitieron a la Casa Rosada mantener la paridad de fuerzas en el Senado y evitar la sanción de leyes complicadas para el Poder Ejecutivo en el último trimestre de 2010. La primera en pegar el salto fue Latorre. Su pase, o su regreso, a las filas kirchneristas comenzó en agosto de 2009, cuando firmó "en disidencia total" el dictamen que le permitió al oficialismo prorrogar las facultades legislativas delegadas en el Poder Ejecutivo. Apenas dos meses antes se había asegurado, acompañando a Carlos Reutemann en la boleta y con un fuerte discurso opositor, la reelección por seis años de su banca.Por aquel episodio, el ex piloto de Fórmula 1 la expulsó del bloque que ambos habían constituido tras la ruptura con el kirchnerismo. Desde ese momento, Latorre navegó sin rumbo definido, negando un supuesto retorno el oficialismo y las versiones que hablaban de favores políticos y personales a cambio de su apoyo. Sin embargo, el año pasado dejó de lado cualquier prurito y se alineó de manera automática con la Casa Rosada, votando en contra del 82% móvil y compartiendo la comitiva que acompañó a Nueva York a Cristina Kirchner en la Asamblea General de la ONU. El segundo gran pase del año fue el del ex presidente Carlos Menem, quien también se sumó al lote de 37 senadores que en marzo de 2010 le habían arrebatado al kirchnerismo el control de todas las comisiones en la Cámara alta. Sin embargo, el perfil opositor del riojano se acabó al mes siguiente cuando, acuciado por el avance de la causa por el contrabando de armas a Croacia y Ecuador, pasó a colaborar con el oficialismo. Como contrapartida, también cesaron las diatribas de la Casa Rosada contra las políticas neoliberales "de la maldita década del 90".El primer aporte de Menem fue su abstención en la discusión del pliego de Mercedes Marcó del Pont como presidenta del Banco Central, luego de la crisis generada por la traumática salida del presidente del organismo, Martín Redrado.Marcó del Pont era fuertemente cuestionada por toda la oposición por haberle facilitado al Poder Ejecutivo las reservas para pagar deuda y, apenas dos semanas antes, el riojano había firmado un dictamen de la Comisión de Acuerdos que rechazaba el nombramiento de la economista. El faltazo de Menem a la sesión impidió a los bloques opositores frenar el nombramiento de la economista al frente del Banco Central. Tras ausentarse el resto del año, el ex presidente volvió a su banca el 15 de diciembre para permitirle al Poder Ejecutivo obtener el ascenso del controvertido jefe de Inteligencia del Ejército, general César Milani, a quien se lo acusaba de haber participado en el levantamiento carapintada de la Semana Santa de 1987. El último caso de "borocotización" en el Senado tiene como punto de partida la muerte de Néstor Kirchner.A la semana siguiente, en una sesión de homenaje, la senadora Bongiorno realizó un claro discurso de alineamiento político oficialista. Tras manifestar su solidaridad con Cristina Kirchner, anunció su decidido apoyo al kirchnerismo."Como política también me solidarizo y, desde mi banca, le pongo a disposición todo el apoyo que ella requiera y que yo pueda ofrecerle, a fin de privilegiar y darle continuidad a este proyecto del Frente para la Victoria", afirmó. Desde ese día, dejó de votar con la oposición y la Casa Rosada ganó un nuevo aliado.Sin embargo, en la oposición aseguran que esa "solidaridad" podría haberse acabado, ya que su líder político, Julio Arriaga, ex intendente de Cipolletti, tomó distancia del acuerdo que el Frente Grande cerró con el PJ en Río Negro.

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