viernes, 25 de julio de 2008

EL DIARIO CRITICA REFLEJO EN SUS PAGINAS LA LUCHA DE LOS AMBIENTALISTAS DE FAMATINA.

El diario Crítica de la Argentina realizó una nota por los cortes en el Famatina. "Se suma a otras manifestaciones contra la contaminación de las mineras, pero no tiene la repercusión del caso Botnia", dice el medio porteño –Los cortes de ruta contra Botnia o para oponerse a las retenciones agropecuarias fueron cubiertos por todos los medios nacionales. Nosotros estamos hace dieciséis meses impidiendo que una de las mineras más grandes del planeta se instale en La Rioja y nadie nos da pelota. Marcela Crabbe es propietaria de un polirrubro en Chilecito, a 200 kilómetros de la capital riojana, y a unos 1.500 de las oficinas donde atiende Dios: la Capital Federal. Hace un par de años su vida, al igual que la de muchos habitantes de la región, cambió para siempre. Sucedió “cuando nos enteramos que la Barrick Gold se instalaba acá con una mina de extracción a cielo abierto y entendimos el peligro que representaba para nuestras vidas. Nos empezamos a organizar para resistir”. En estado de movilización permanente y mediante un trabajoso proceso de concientización popular, el movimiento de ciudadanos que integra Marcela logró impedir que la multinacional Barrick Gold, asociada con el gobierno de La Rioja, instalara una mina de extracción a cielo abierto de oro, plata, cobre y otros sesenta metales ocultos en las entrañas de la montaña. El éxito inicial de la movida les está costando caro: desde junio pasado los miembros de la asamblea y vecinos de Famatina y Chilecito vienen siendo objeto de amenazas y golpes, demandas judiciales por calumnias e injurias y la posibilidad de un inminente desalojo del corte de ruta. En medio de la aridez riojana, Famatina es como un oasis cuyos nogales y cultivos prosperan gracias a los arroyos que bajan de los nevados, con sus aguas amarillas cargadas de ocre, el mismo color que el metal de la discordia. En las paredes del pueblo las pintadas recrean un paisaje de batalla: “El Famatina no se toca”. En la plaza, los carteles lo reiteran: “No a la minería, no al cianuro”. Carina Díaz Moreno es una de las referentes de la asamblea autoconvocada para pelear por la preservación del medio ambiente. Docente de educación física y nacida en este pueblo enclavado al pie de la sierra de los Nevados de Famatina, Carina transmite un tipo de sentimiento común entre sus vecinos: –Ellos vienen explorando la zona desde 2004. Pero recién en 2006 se empezaron a conocer sus planes. En mayo de 2006 hicimos la primera asamblea en Famatina y organizamos un escrache al entonces gobernador Ángel Maza, responsable político de este saqueo. La instalación estaba emplazada sobre los restos de un viejo socavón ubicado en el distrito minero La Mexicana, una antigua explotación aurífera de capitales ingleses, que extrajo minerales durante el siglo pasado. “El hecho de que se trabaje a cielo abierto significa que se emplea la lixiviación, un proceso de lavado con cianuro y otras sustancias tóxicas”, agrega Crabbe. Preservar la zona de la segura contaminación que produciría esta explotación tiene una justificación que excede la preocupación de los habitantes de la zona: –El abastecimiento de agua para todo el valle del Bermejo y toda la provincia de La Rioja comienza en las nieves del cordón del Famatina. Si la napa se contamina, la región entera corre peligro –explica Díaz Moreno. EN EL PRINCIPIO ERA LA OSCURIDAD. Toda lucha tiene su hito fundacional. El de este combate –una de tantas remakes de la pelea entre David y Goliat– sucedió el día que los habitantes de Famatina y Chilecito se dispusieron a interrumpir por primera vez el paso de los camiones de la Barrick Gold. “Cada 15 días se realizaba el recambio de personal. En uno de ellos logramos burlar la inteligencia que la empresa hacía para evitar nuestras acciones y nos instalamos justo el mismo día que se aprobaba en la Legislatura una ley que prohibía la explotación a cielo abierto de la minería en la provincia”, evoca Díaz Moreno. El lugar elegido se llama Peña Negra, está situado a unos 1.800 metros sobre el nivel del mar y a siete kilómetros de la última población antes de las serranías: Alto Carrizal. “Al principio cortamos con grandes cadenas y pasacalles. Nuestro objetivo era que se fueran todos los que estaban, pero que no volvieran a subir. Finalmente evacuaron la zona y se retiraron del campamento. Nuestro plan inicial era cortar por tres días, luego se prolongó a una semana y finalmente se convirtió en un corte que ya cumplíó dieciséis meses ininterrumpidos”, relata la asambleísta. Un mes después –en abril de 2007– el gobernador Ángel Maza fue destituido luego de un juicio político y asumió en su reemplazo el vice Luis Beder Herrera con el compromiso de defender a la provincia del saqueo minero. –Pero cuando ganó las elecciones, en diciembre, se reunió con la cámara de empresarios de la minería y los invitó a explotar los yacimientos que tenemos en la provincia, por eso advertimos que el peligro de saqueo no terminó –advierte Díaz Moreno. El corte es pacífico y sólo restringe el paso a los vehículos de la minera en la única ruta de acceso al cordón del Famatina. El turismo y los pobladores del lugar pasan sin inconveniente. “La gente de los pueblos nos provee de alimentos, leña y otras provisiones”, cuenta Díaz Moreno. El grupo está integrado por unas cien personas que se turnan para mantener piquetes de al menos cinco por tanda. Un caño pintado de amarillo y negro bascula sobre dos pilares de cemento y hace de barrera improvisada. No falta el mástil con la bandera argentina y el altar de la virgen del Rosario. “La mayoría de los integrantes de las asambleas somos mujeres”, subraya Crabbe. “Hemos trasladado nuestras vidas a este lugar y nuestro objetivo principal es la protección del cerro”, agregó. LA HORA DE LOS APRIETES. A principios del mes de junio, Ramón “Monchi” Navarro, activo participante de las asambleas de autoconvocados, fue interceptado por un grupo de ocho personas cuando llegaba a su casa y golpeado brutalmente, mientras era amenazado. –Me dijeron que me dejara de joder con la cuestión de la minería y mi trabajo en los barrios, porque si no iba a terminar mal, y hasta amenazaron a mi mujer y mi hijo de dos años con datos muy precisos sobre sus vidas personales –relata en diálogo con Crítica de la Argentina–. Dijeron que estaba en una lista negra y que me iban a borrar de todos lados mientras continuara con esta cuestión. Las intimidaciones siguieron con visitas a la casa de su suegra, a quien “unos personajes desconocidos le dijeron que mi familia corría peligro si seguía colaborando con los movimientos de autoconvocados”. Navarro volvió a realizar la denuncia en la policía, que en un primer momento no querían tomársela porque no daba nombres. Ante las reiteradas amenazas, Navarro hizo una presentación en la Fiscalía Penal Nº 1, que encabeza Cristina del Moral Santander. El ministro de Gobierno provincial, Carlos Abraham Luna, aseguró a Crítica de la Argentina que se dispusieron “medidas de seguridad personal y familiar para el señor Navarro, con el objetivo de prevenir cualquier hecho de naturaleza irregular”. Pero al ser consultado sobre las hipótesis de investigación, el funcionario minimizó la gravedad de lo sucedido: –Las expresiones antimineras son bastante reducidas en la provincia y yo no creo que exista una avanzada represiva contra los asambleístas. Sin embargo, trascendió que la justicia de Chilecito preparaba una orden para desalojar a los ambientalistas del cerro Famatina, que impiden el paso en el paraje Peña Negra. La acción judicial se habría gestado luego de que el gobernador Beder Herrera efectuara duras críticas contra los autoconvocados. “Es una barbaridad, esto se va a tener que solucionar”, dijo el mandatario. Y agregó: “Espero que la Justicia actúe”. Otra demanda apuntó a la asambleísta Marcela Crabbe. “Una concejal oficialista de Chilecito me inició un proceso por calumnias e injurias debido a que la acusé de ser prominera”, dice Crabbe. RECUERDOS DE PRIVATIZACIÓN. El operador del emprendimiento minero Proyecto Famatina es la empresa Yamirí Gold S. A. Según detalla un dictamen de la fiscalía de Estado riojana, esta empresa mixta pasó a la órbita privada como sociedad anónima en 1997, por la ley 6.238. La transformación de Yamirí “posibilitó al sector privado quedarse con la mayoría societaria en desmedro de los intereses del sector público”, añade el informe. Además, señala que el Estado “paulatinamente licuó su patrimonio societario, con una participación mínima (del 20,4%) en la administración societaria, perdiendo de esta manera el rol hegemónico que había ostentado en la ex Yamirí”. El contrato de Yamirí con la empresa canadiense Barrick Exploraciones le permitía realizar exploraciones en busca de yacimientos de oro en el cerro Famatina. Y le otorgaba a la empresa Barrick la posibilidad “de adquirir el 70% de la propiedad minera afectada al Proyecto Famatina”. La concesión legal de las minas es “perpetua” y, según el informe, sólo caducará “si el propietario particular no cumple con las condiciones del amparo o conservación de la concesión” que le impone la reglamentación. Los detalles de la operación figuran en una carpeta que descansa en los despachos de la Comisión de Minería de la Cámara de Diputados, presidida –coincidencia– por la riojana Griselda Herrera, una acérrima defensora del actual modelo de desarrollo minero en la provincia. Según la Dirección Provincial de Minería, La Rioja “no percibe suma alguna en concepto de regalías mineras por la explotación de propiedades mineras situadas en su territorio, por no existir una ley provincial que establezca la obligatoriedad del pago”. Los empresarios privados, dice el documento, sólo abonan un porcentaje fijado por la ley nacional 24.196, que no puede superar “el 3% del valor ‘boca mina’ del mineral extraído”. El caso, al cine La pelea de los riojanos contra la minera del cerro Famatina ya llegó al formato de cine documental. La película que registra el caso, Cielo abierto, dirigida por Carlos Ruiz, de hecho circuló en estos días tanto en la Biblioteca Nacional como en la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El documental, que seguirá circulando en otras ciudades del país, describe la resistencia de los pueblos de Famatina y Chilecito contra el emprendimiento de la Barrick Gold.

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