La mayor parte de las obras de infraestructura que el Gobierno de la presidente Cristina Kirchner había anunciado antes de las elecciones para apuntalar a los candidatos oficialistas, se encuentran en el freezer por atrasos en los pagos y falta de financiamiento. Entre ellas, varias de las previstas para La Rioja, lo que ha generado reiterados reclamos del gobierno provincial y del municipio capitalino. Por la caída de los ingresos fiscales y el agotamiento de los recursos que iba a aportar la ANSES, el ministerio de Planificación de Julio De Vido tiene frenado un paquete de obras públicas que ronda los $ 12.000 millones. Según admiten a la prensa nacional, los principales contratistas de las obras que están en ejecución aseguran que también sufren las consecuencias de la escasez de fondos públicos. Los certificados de las obras viales arrastran una demora en las liquidaciones que oscila entre los 6 y 9 meses; mientras que en el sector ferroviario, la espera ya llega, en promedio, a los 10 meses. Además, las constructoras con obras en marcha enfrentan otra complicación derivada de la falta de recursos: la no aprobación de las redeterminaciones de precios que han solicitado para compensar los aumentos de los materiales y la mano de obra. Las principales emprendimientos que sufren demoras alcanzan a obras de distinto tipo, incluídas las vinculadas con los caminos porque están paralizadas y con pagos atrasados que totalizan unos 2.000 millones de pesos. Son las que ejecuta Vialidad Nacional y las que se realizan en los municipios y provincias con fondos nacionales. Entre otras obras semicongeladas se encuentran la reparación de las rutas nacionales sin peaje bajo los contratos CREMA. En el caso de los planes de viviendas, los certificados de obras sin cancelar alcanzan los 1.000 millones de pesos. Las demoras afectan a los programas realizados en forma conjunta con las provincias y los municipios. Por el lado del plan de construcción de escuelas, los pagos pendientes desde hace 6 meses llegan a 400 millones. En cuanto a obras de energía eléctrica, los atrasos en los pagos de casi 600 millones de pesos afectan al programa que lleva adelante Enarsa para instalar pequeñas turbinas en los puntos críticos del país y a la construcción de las nuevas usinas térmicas que se están leventando en Ensenada y en la capital santafesina.
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