Chubut, Buenos Aires, Tierra del Fuego, Jujuy y Entre Ríos fueron las provincias que recibieron el 50% de los recursos distruibuidos por el oficialismo para obras públicas. Mientras se negociaba la ley de medios en el Senado, el oficialismo repartió 11.500 millones de pesos en obras públicas que benefician especialmente a cinco provincias, tres las cuales fueron importantes –Chubut, Tierra del Fuego y Jujuy– para la sanción de la norma que finalmente sancionó la Cámara alta el sábado 10 a la madrugada. Esos proyectos de infraestructura forman parte de una planilla anexa (denominada “Nº 2, del artículo 11”) que se adosó a último momento en el Presupuesto 2010, aprobado hace cuatro días por los diputados y que ahora debe ser tratado en el Senado. Ese “agregado” fue realizado después de que se firmara el dictamen de mayoría en la Comisión de Presupuesto y Hacienda, y sin que los legisladores siquiera supieran el contenido millonario y su distribución. Después de intensas negociaciones, hubo cinco gobernadores que lograron acaparar el 70 por ciento de las 286 obras plurianuales sumadas a contrarreloj. Ese grupo consiguió partidas a ejecutarse el año próximo por 1.300 millones, una cifra alta comparada con el resto de los proyectos que figuraban de antemano en la pauta presupuestaria. Ya existía un listado, que incluía 600 obras, por las que asignaban fondos para 2010 por 1.400 millones. En síntesis: la mitad de los recursos para ejecutar a corto plazo se definió al filo del día de la sesión, con el monitoreo de Olivos. Después de intensas negociaciones, el más favorecido fue uno de los gobernadores más críticos a la Casa Rosada, el chubutense Mario Das Neves. Los legisladores que le responden dieron muestras de rebeldía y el propio mandatario fustigó el proyecto de modificación de la Ley de Radiodifusión y otras medidas impulsadas por el oficialismo. Das Neves logró que en la planilla anexa le asignaran nuevos proyectos por 1.966 millones de pesos, 600 millones de pesos más de los que fueron adjuntados para la populosa y conflictiva provincia de Buenos Aires. Las obras que sumó el chubutense, el único peronista lanzado a la pelea presidencial de 2011, tienen alto potencial fotográfico de campaña: la agenda de infraestructura incluye muchos trabajos de cloacas, pavimentación de calles y caminos y servicios de agua potable. Los senadores Marcelo Guinle y Silvia Giusti votaron alineados con el Gobierno y los cinco diputados que le responden avalaron el paquete económico para 2011, a pesar de que durante el debate habían manifestado discrepancias. Otra provincia premiada fue Tierra del Fuego, comandada por Fabiana Ríos. La mandataria del ARI quedó en el medio del fuego cruzado entre el espacio que lidera Elisa Carrió y sus necesidades financieras, que la acercan al Gobierno. Consiguió que le incorporaran 36 obras por 1.032 millones de pesos en el Presupuesto que no estaban previstas. Entre ellas, sumó 25 millones de pesos para adecuar un natatorio, una pista de atletismo, un campo deportivo y un gimnasio para los Juegos de la Araucanía 2011. Pero si quiere completar las obras, Ríos tendrá que hacer buena letra: pese a que el plazo de ejecución de los trabajos tiene un límite –noviembre de 2011–, en el Presupuesto figura que las obras se terminarán a partir de 2013. El resto del dinero estará destinado a obras de infraestructura habitacional, energética, hídrica, vial, penitenciara, cloacas y de potabilización de aguas. Sus legisladores, que en ambos cuerpos conformaron bloques propios, acompañaron los últimos proyectos K. Jujuy también sacó una buena tajada del Presupuesto. Recibió a último momento 878 millones más, principalmente para programas viales. Y una parte menor, apenas 17 millones de pesos para ampliar y mejorar los hospitales de San Roque, El Talar, Humahuaca, San Pedro y Alto Comedero. De esa provincia, gobernada por Walter Barrionuevo, un justicialista en sintonía con los deseos del matrimonio presidencial, surgió uno de los fantasmas que acechó al kirchnerismo durante el debate por la ley de medios: el senador Guillermo Jenefes, cuya familia es propietaria de un multimedios, había amenazado con dificultar el trámite parlamentario desde su rol estratégico de presidente de la Comisión de Sistemas, Medios de Comunicación y Libertad de Expresión. Al final, no trabó el dictamen de mayoría y sólo se opuso a un artículo en la discusión en particular, a pesar de que había hecho 22 observaciones al texto. Por su actitud sinuosa, que dio pie a un extenso debate en comisión, la oposición del Senado lo acusó de haberlos ilusionado con la posibilidad de modificaciones a la ley que, finalmente no fueron aceptadas por el Gobierno. La confección del listado de obras de infraestructura implica todos los años un tironeo feroz entre los gobernadores. Pero sólo en una oportunidad se había repetido el escenario que se vivió esta semana en la Cámara de Diputados. En el año 2002, en medio de la crisis política y económica, los legisladores negociaron hasta último momento una grilla de obras públicas que les permitió hacer múltiples promesas en sus distritos. Pero incluso en esa época, los diputados guardaron las formas y no alteraron el despacho de comisión antes de que llegara al recinto. Las otras provincias beneficiadas son oficialistas: Buenos Aires, de Daniel Scioli, obtuvo fondos en obras por 1.300 millones de pesos y Entre Ríos, gobernada por Sergio Urribarri, por 316 millones. En el reparto final, también hubo margen para premiar la lealtad. En el proyecto de Presupuesto que ideó Cristina Fernández, estaba previsto destinar 12 millones de pesos para “reparar” en tres años los caminos internos de la quinta de Olivos. Durante la presentación del ministro de Economía, Amado Boudou, el diputado del PRO Federico Pinedo advirtió que las callecitas presidenciales están en perfecto estado. Y el proyecto fue excluido de la planilla de obras, pero no la afectación de las partidas de dinero: con los mismos montos y plazos de ejecución, colocaron en el lugar de las veredas de Olivos el “mantenimiento de la Ruta Nacional 226, Pehuajó-Villegas”. Sorpresa: esa misma obra ya figuraba en el Presupuesto y ahora está repetida. No está claro si la obra se hará dos veces o si se duplicó su costo durante el debate parlamentario. Lo mismo ocurrió con la “reparación de caminos internos y accesos a Campo de Mayo”, cuyo costo total era de 25 millones de pesos. Tenía asignados 1.388.889 pesos para el año 2010. El proyecto fue reemplazado por otro tramo de esa misma ruta, pero de Pehuajó a Bolívar. Esta obra también aparece ahora repetida en el proyecto de ley de Presupuesto que la madrugada del jueves recibió media sanción de la Cámara de Diputados. Los casos demuestran la improvisación que impera en la construcción del Presupuesto. O bien que el matrimonio presidencial está dispuesto a resignar la estética de las veredas de su residencia a cambio de pagar dos veces por hacer las mismas obras viales. El listado adicional de obras que sumó el oficialismo al Presupuesto 2010 tiene una curiosidad: hay 165 millones de fondos asignados para la ciudad de Buenos Aires, gobernada por uno de los archirrivales K, Mauricio Macri. A esa partida, se suman otros 14 proyectos de infraestructura por un monto de 758 millones que ya estaban previstos en la pauta original que envió el ministro de Economía, Amado Boudou. Pero hay una trampa implícita: a diferencia del esquema de obras públicas que se repite en otros distritos –donde se priorizan las construcciones viales, de redes cloacales y de servicios– el paquete que le tocó a la jurisdicción del líder de PRO está íntimamente vinculado a planes del gobierno nacional. Por ejemplo, hay una partida destinada al Museo de la Memoria, una promesa del matrimonio presidencial. Para esa construcción, hay 65 millones de pesos, de los cuales el 85 por ciento es para ejecutarse el año próximo y el resto en 2011. Otro ejemplo es una asignación de 26,7 millones de pesos para refracciones en el edificio de Canal 7.
Por Jesica Bossi y Damián Glanz.
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