miércoles, 11 de noviembre de 2009

BEDER HERRERA ENFRENTA UN DURO PANORAMA POLITICO DE CARA AL 2010.

Si hay algo que viene caracterizando a la política vernácula los últimos 20 años es su gran y por momentos chocante pragmatismo: hcer, hacer, hacer sin importar demasiado cómo ni qué se hace. Demostrar que algo hacen, aunque salga mal, fuera de tiempo o incluso a disgusto de parte de la sociedad, la premisa del político riojano es hacer a como de lugar. El tan renombrado “roban pero hacen” se hizo carne en muchos dirigentes e incluso de los ciudadanos. Una premisa que la ciudadanía debería revisar ya que últimamente los porcentajes de una y otra realidad se han invertido. En el caso de los programas de viviendas por ejemplo, se estima que de un padrón de cien casas, 90 son compromisos políticos mientras solo 10 son parte del padrón, según información que brindaron off de record desde la misma Administración de Vivienda. Y a juzgar por la última gran estafa que investiga la justicia sobre las 501 viviendas, todo parece coincidir en la misma dirección. Si bien por una ley provincial el Gobernador de la Provincia puede disponer de un 10 por ciento de la cantidad de viviendas que se entregan por barrio, pareciera que la calculadora oficial no está funcionando correctamente, y esto, desde hace varias gestiones. Una gran cantidad de analistas políticos sostienen que la corrupción es uno de los grandes males de la Argentina. Y como ya lo dijera Luis Barrionuevo en los ´90 al proponer “dejemos de robar por dos años”, sería oportuno tal vez que algún otro dirigente saliera a proponer con el mismo cinismo que vuelvan a los famosos 90 – 10, en relación a lo que se invierte en obras y lo que queda por el camino, respectivamente. Es que el nivel de corrupción que percibe la comunidad no es tan solo una idea, se observa y confirma en el crecimiento desmesurado de las cuentas bancarias y bienes suntuarios de una parte de la clase política. Asimismo, los permanentes trascendidos, rumores sobre cambios dentro del mapa político local y la distribución del poder nacen de la profunda crisis de credibilidad que vive hoy el gobierno provincial. Basta con mencionar el reclamo salarial, la crítica a la actividad minera y las actuales marchas en contra de convertir el edificio de la Escuela Normal en centro cultural. Da la sensación que tanto los que reclaman activamente como los que lo hacen pasivamente, perciben en los niveles más encumbrados de la mayoría de estamentos de la actividad pública, permanentes hechos de corrupción. Y esta lectura también parece que se realiza en la Casa de las Tejas que comienza a planificar cómo gobernar los próximos dos años a una comunidad cada vez más descreída y desconfiada. El fallo de la Suprema Corte de Justicia facilitando que Maza vuelva al ruedo también habría influido en el sorprendente cambio de timón que analiza concretar Beder Herrera. La versión que el viernes circuló con fuerza en varias radios locales y que ningún dirigente de peso salió a desmentir, señalan que el Gobernador incorporaría varios ministros de las filas del quintelismo y le garantizaría al Intendente de la Capital dos años de tranquilidad para concretar las obras prometidas en su gestión, siempre y cuando lo ayude a fagocitar todo reclamo gremial o de otro tipo que pudiera surgir. Se sabe de la capacidad de Ricardo Quintela para movilizar y capitalizar el descontento. Según alguno analistas locales, si esto sucediera y el Gitano cediera a referentes de su tropa, significaría apostar al azar: “le puede salir muy bien como cuando uno apuesta todo en el casino y por ejemplo ser candidato a vice de Beder en el 2011, pero también le puede salir el tiro por la culata y al absorber el descontento general para proteger a Herrera, quemarse para futuras elecciones”. Muchos ven en Quintela un líder más joven y menos desgastado que el actual gobernador o el ex mandatario Angel Maza que vienen definiendo el futuro de la provincia desde hace muchos años. Por su parte, no queda claro qué papel jugará la vicegobernadora Teresita Luna que intenta despegarse de las política de Beder cada vez que se le presenta una oportunidad para luego confirmar por acción y omisión cada una de las gestiones del primer mandatario. Ahora que su hermano Carlos Luna deja el Ministerio de Gobierno y asume en la Legislatura, el hunismo se queda sin referentes de peso en el Ejecutivo. Por lo tanto, si la alianza de Quintela-Beder que trascendió la semana pasada se concretara, la comentada unión entre lunistas y mazistas no sería una extrañeza. Por el contrario, sería casi la única movida que podría hacer el hunismo para no perderse en un cono de sombra. En el marco de todo este proceso y nacimiento de rumores y contra rumores Beder Herrera decidió someterse a una cirugía para bajar de peso. Hace pocos días Datarioja le descubrió al mandatario un reciente tatoo en la parte interna del brazo derecho. A partir de estas novedades comenzaron los inevitables comentarios de café: ¿Te acordás de Maza y su coquetería? La comparación entre ambos mandatarios ya no solo se refiera a sus respectivas gestiones y estilos, también la obsesión por la imagen parece volverlos cada vez más similares.

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