Este lunes jurará sobre la biblia el nuevo Secretario de Hacienda y Obras Públicas de la municipalidad de Chilecito. Tras varias reuniones entre el intendente Fonzalida, Beder Herrera y algunos políticos de segunda línea, se llegó al acuerdo de conformar el “nuevo” gabinete municipal de Lázaro Fonzalida, otorgando la cartera más cuestionada, al hasta hoy concejal Rodrigo Brizuela y Doria. De esta manera, una vez más, Lázaro intenta "levantarse y andar". Fuentes confiables indicaron a de Diario Chilecito que fueron muchas las conversaciones y las propuestas de cambio que se hicieron, para lograr sacar adelante a la endeudada municipalidad. Hasta hoy con deudas contraídas con empleados contratados, becados y proveedores que llevan entre 4 y 8 meses sin cobrar, sumado a lo más insólito, pagarés firmados con prestamistas, que habrían “facilitado” al municipio local grandes sumas de dinero, para que puedan afrontar las deudas más fuertes y antiguas que hacían insostenible la situación financiera municipal, tras la permanente opresión económica del famatinense, para sumir a sus pies al rebelde intendente chileciteño. Beder Herrera mostró su satisfacción al intendente Fonzalida por la “baja” del ex Secretario de Hacienda, Pablo Fernández Pugliese. Este sacrificio estratégico, pero difícil para Lázaro Fonzalida, llevó a que desde el gobierno provincial se ablanden y prometan "apoyarlo para que termine su mandato de la manera más institucional posible". Por su parte, Rodrigo Brizuela y Doria esperaría llegar a su nuevo lugar de trabajo para hacer una fuerte “limpieza” en la Secretaría, “moviendo personas y ubicando gente de su propia confianza”. Entre las promesas brotadas de la boca del gobernador, están incluidos los "fondos para Servicios Públicos", área casi abandonada, que lleva mas de un año en deplorable estado, ya que desde que “renunciaron” al sobrino del gobernador, Raúl Moreno y pusieron en su lugar a Pablo Fernández Pugliese en la cartera de Hacienda, se denunció desde el municipio la “estrangulación en el envío de dinero para toda índole”. Nunca se supo si fue por dejar de lado a un sobrino del gobernador, por reemplazar a este por Pugliese o por ambas razones. En este nuevo acuerdo, también se prometió “cargar al sistema de sueldos de la provincia unos 200 nombrados” que habrían quedado “pendientes de la gestión de Rejal y parte de la actual gestión de Lázaro Fonzalida”. Esto daría oxígeno a las arcas municipales luego de la asfixiante situación financiera y económica, que tuvo sumida a la actual gestión, por no poder afrontar con los pagos en tiempo y forma durante más de un año.La promesa más satisfactoria fue la de finalmente poner en marcha “el plan de recategorización de empleados municipales, de manera paulatina”, para terminar con la batalla iniciada un mes antes de las elecciones de 2007, entre el -por entonces- candidato a intendente Lázaro Fonzalida y el combativo gremialista representante de ATE Chilecito, Normando Ocampo. Para concretar esta promesa económica a favor de los empleados municipales, el Estado deberá invertir todos los meses 1 millón de pesos extra, dinero que comenzará a circular en los bolsillos de los chileciteños y reactivará la economía local. Recordemos que la discutida recategorización municipal mantuvo paralizada al 80% de la planta municipal durante casi un año, hasta que se llegó a un cuestionado acuerdo de recategorizar a unos 225 empleados, con 100 mil pesos aportados desde el municipio, hasta tanto se consigan más fondos para ampliar la misma. (El gobierno provincial deberá rever la situación del saldo pendiente, unos 900 mil pesos). La última promesa de Beder Herrera fue la de “acompañar políticamente las decisiones del intendente Fonzalida y el nuevo Secretario de Hacienda Rodrigo Brizuela y Doria, siempre y cuando estos cumplan con la palabra empeñada de no continuar con nombramientos ni hacer "despilfarro" de dinero, para lograr en menos de tres meses” enderezar el rumbo de la casi hundida Secretaría. En sintesís hubo más promesas, se concretaron nuevas alianzas y se “garantizó” evitar nuevos sacrificios. Mientras tanto, desde la sociedad se espera que los políticos dejen de jugar a este ajedrez humano que solo beneficia a los que más tienen y perjudica al pueblo que todos los días se levanta a trabajar para poder cumplir con las expectativas de cada familia.
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