jueves, 11 de marzo de 2010

BEDER HERRERA Y SU "PERTENENCIA" AL PODER K.

El gobernador permaneció en Buenos Aires. Inclusive almorzó con la Presidenta cuando ésta recibió a los capitostes de la CGT. Pero hasta ultimo momento estuvo amagando con no ir al acto de "reasunción" de Kirchner al frente del PJ en el Chaco. Tenía que mostrarse duro para lograr algo de oxígeno pecuniario del poder central. Sòlo dijo que estaría en ese acto, una vez que le confirmaron que se efectuaron las transferencias. Así funciona el sistema K. Porque si te ven "demasiado convencido" no te aflojan un mango. Por dos razones: si estás con ellos por convencimiento, podés aguantar sin auxilio y si estás con ellos por necesidad, te hacen saber que todavía tienen la caja (es decir, el poder). Esto es lo que le pasa a la mayoría de los gobernadores. Los K sospechan –y con razón- que muchos de ellos están esperando un traspié serio de su poder para dar el salto hacia las trincheras de la contra. Se sabe que Duhalde, al mejor estilo caudillo del siglo 19, envía chasquis a todos los rincones del país… Los gobernadores saben que el creciente incremento del costo de vida es su peor enemigo, más que cualquier opositor interno y externo. Aunque la inflación no sea pareja en todos los rubros, es una buena aliada del poder central, pero socava al resto de los mandatarios. La inflación le sirve al poder central porque le da más poder, ya que es el único que puede enfrentarla y tambien le da mayor poder a la corporación sindical porque es la única que está en condiciones de recuperar algo de terreno via incremento salarial. Es jugar con fuego, pero ¿acaso no es lo que hacen siempre?. Afortunada e inteligentemente, ya desde el último trimestre del año pasado buscó calmar las siempre procelosas aguas de la interna justicialista. Así es como las tres principales fuerzas: el bederismo, el lunismo y el quintelismo acordaron que éste es un año de gestión. Un acuerdo mínimo pero un acuerdo al fin, aunque siempre los tres estén con la guardia en alto entre sí. Es decir, que a Beder le queda resolver los grandes temas de gobierno, que son en definitiva los grandes temas de La Rioja desde siempre: conseguir que los fondos lleguen a La Rioja desde el gobierno central. Y si esta llegada se demora, las tensiones sociales comienzan a aflorar. Si bien se logró abrochar un buen acuerdo con los K sobre los recursos extracoparticipables, las peregrinaciones hay que hacerlas igual. A pesar de ese marco legal, esta debe ser una de las épocas con mayor dependencia de los fondos nacionales. A la coparticipación –con goteo irregular- hay que agregarle los fondos extras, los fondos para obras, las grandes y las chicas; los fondos para viviendas; los fondos para escuelas; los fondos para la asistencia social. Amén de todos los otros fondos que vienen para "extras" como la erradicación de ranchos, por ejemplo. Hasta dependemos de la Nación para obtener el gas oil subsidiado para los ómnibus y el gas en garrafa para las familias que cada vez más se vuelcan a ese sistema subvencionado. Precisamente en las Casa de las Tejas se quejan de Griselda Herrera porque no logra que le manden los fondos para la Tarjeta Social, la que ya lleva una deuda de tres meses. Dicen que Beder está decepcionado pues esperaba que la chileciteña aprovechara mejor las relaciones que decía haber montado en Buenos Aires mientras era diputada nacional. Y que por haber sido presidenta de la Comisión de Minería de la Cámara Baja, el poder central le debía mucho. "Para colmo le armó un quiosco de ex mazistas, contra los que peleamos toda la vida y lo mismo le va a hacer Rejal si va a Gobierno, aunque él (Beder Herrera) solucione sus problemas de equilibrio con la dirigencia" se enojó un conocido dirigente chileciteño bederista. Beder piensa que va a entusiasmar a su seguidores con la ya prácticamente lanzada candidatura de su sobrino Gastón Millicay a la intendencia de Chilecito. Esto implicaría que el "Nene" Fonzalida le dará apoyo, a cambio de ser candidato a senador nacional. Pero como dice el propio Beder Herrera: falta tanto para el 2011. Ahora hay expectativa por el altamente probable desembarco de Fernando Rejal en el ministerio de Gobierno. Ante ello, Graciela Nader le dijo que se volverá a Chilecito ya que mantiene una diferencia irrenunciable con Rejal, desde tiempos inmemorables. La cúpula policial está que trina porque vendría a mandarlos, uno de los que ellos pusieron el cuerpo para echarlos y el bederismo de Chilecito nuevamente decepcionado. En la Cámara de Diputados hay opiniones encontradas: unos dicen que puede pedir licencia y otros que debe renunciar, en cuyo caso entraría su suplente. Lo concreto es que hasta anoche, el secretario Machicote no había recibido ningún pedido escrito al respecto. Beder dijo que recién en mayo piensa en hacer un retoque a los salarios públicos, que son uno de los de menor rinde en el país. No sabe todavía de cuánto, pero sabe que la inflación ya lo está dejando atrás. La tranquilidad política le sirve para tener cierta calma social, pero eso no evita el deterioro real del estándar de vida de los riojanos. Traducido en buen romance, significa que el declamado combate contra pobreza puede llegar a ser estéril.
Por Julio Aiub Morales para Nueva Rioja.

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