Ya de madrugada, cuando la sesión llevaba casi 12 horas, los gritos entre Carlos Kunkel y el radical Juan Pedro Tunessi despabilaron los bostezos de los diputados. La primera sesión ordinaria del año reflejó el escenario parlamentario ante la nueva relación de fuerzas: una jornada maratónica, con discusiones reglamentarias, más trabas que definiciones concretas, chicanas y hasta invitaciones a pelear en pleno recinto. "Tanto desgaste para tan poco", concluyeron pasadas las cuatro de ayer diputados de todos los sectores, tal vez la única coincidencia, con los oficialistas exultantes y los opositores sin disimular la derrota. "¿Dónde le hacen la autopsia al muerto?", les dedicó Carlos "Cuto" Moreno a un grupo de radicales y peronistas disidentes. Al fin de cuentas, se habían votado resoluciones sobre Chile, Haití y la exploración de petróleo en Malvinas, la nulidad del decreto del Fondo del Bicentenario y el rechazo al veto de dos artículos de la reforma política. La mayoría en manos de una oposición heterogénea -desconfiada y con disputas internas- y la estrategia de los K de demorar los tratamientos y exigir el respeto del reglamento -luego de incumplirlo hasta diciembre- configuran una situación de trabas que beneficia al oficialismo. Y así, sin consenso para legislar, cobran mayor relevancia las discusiones. La más áspera sucedió a la madrugada durante el discurso de Agustín Rossi, el jefe del bloque oficialista que empezó a generar murmullos cuando les endilgó a los opositores "violar la Constitución" y promover un ajuste, "como hace 10 años, cuando ganaron una elección". Varios radicales respondieron a los gritos, Kunkel los quiso callar y reaccionó, sacado, el bonaerense Tunessi: "A mí me vas a respetar. ¿Qué te creés, vos?", y se paró para desafiarlo a pelear. "¿Qué te pasa?", replicó Kunkel. Sus colegas de bancada calmaron al radical y Fellner pidió "respeto". "Kunkel siempre hace lo mismo, la próxima vez lo vamos a cagar a trompadas", sorprendió un diputado reconocido por sus buenos modales. Otro cruce picante lo protagonizaron Elisa Carrió y Jorge Yoma. "Cuando era senador le dije, en relación con la pista de Anillaco, que del único lugar que no se vuelve es del ridículo", arremetió Carrió. "Ya no soy yo, la referencia tendría que hacérsela a sus propios pares porque varios están yendo a buscar allá. A (Gerardo) Morales ya lo veo como caddie en alguna cancha de golf", rebatió Yoma y generó aplausos de todo su bloque, a modo de festejo como en cada intervención que implicaba una estocada. Sobre el final, un ida y vuelta entre Rossi y Felipe Solá provocó sorpresa y algo de distensión. "Voy a contar una intimidad", abrió el suspenso el jefe de bloque K. "La primera vez que fui a Olivos, después del voto no positivo, había una perra. Y la Presidenta me dijo: 'Me la regaló Felipe'. Cuando uno tiene ese nivel de relación, tendría que dejar de lado las chicanas", lo cruzó en referencia a que el líder del peronismo disidente había leído palabras de Cristina Kirchner sobre los decretos, cuando era legisladora: "Si se admitiera que un DNU no ratificado generase derechos sería muy fácil violar la Constitución contratando apenas sancionado un decreto a sabiendas de que ante el hecho consumado sus efectos no se alterarían". Desacuerdos, discusiones, acusaciones ... ¿Consenso? "En el izamiento de la bandera", ironizó un importante diputado oficialista. Y enseguida apareció un reparo: "Aunque depende a quién le toque".
No hay comentarios:
Publicar un comentario