LA SENADORA ADA MAZA ACOMPAÑA A LA PRESIDENTA EN SU VISITA A PERU.

Este lunes al mediodía concretará la entrevista con su anfitrión Alan García y rubricará el acuerdo estratégico entre ambos países. Los medios limeños desplegaron en las primeras planas la trascendencia de la visita de Estado y se mostraron expectantes por un posible pedido de disculpas por el tráfico de armas a Ecuador durante el gobierno de Carlos Menem. En la comitiva argentina primaba el entusiasmo por la presencia de más de cien empresarios comprometidos en las rondas de negocios que se desarrollarán en simultáneo con la visita de Estado. El protagonismo en los corrillos se lo ganó el empresario Franco Macri, el padre del jefe de gobierno porteño, quien presidirá la representación argentina del Consejo Empresarial Binacional que se creará hoy con la contrapartida de los principales grupos económicos peruanos. El embajador en Perú, Darío Alessandro, comentó que “el Consejo Empresario apunta no sólo a fortalecer el comercio, sino también la integración productiva, la asociatividad, es decir cómo empresas de ambos países con el apoyo de las políticas de Estado pueden acceder a terceros mercados”. A diferencia de los países del Mercosur, la estrategia de Perú, ratificada por el gobierno de García, es la firma de tratados de libre comercio. Firmó con los Estados Unidos –el estallido de la crisis internacional dejó en suspenso la ratificación por parte del gobierno de Barack Obama– y acaba de firmar uno con China. La potencia asiática anunció inversiones por 15 mil millones de dólares y la puerta del Pacífico aparece como una atracción para empresarios de terceros países. El subsecretario de Comercio Internacional de Cancillería, Luis María Kreckler, destacó que el consejo binacional en el que los empresarios peruanos estarán representados por Leslie Pierce –“el Slim de Lima”, parangonan con el magnate mexicano– “será un motor para las inversiones” y recordó que “hace cuatro años se realizó una experiencia similar en Chile con muy buenos resultados”. La Argentina tiene superávit favorable en el intercambio comercial con Perú, pese al descenso en las ventas fruto de la crisis internacional de 2009: bajó de 1400 a 800 millones de dólares. Las empresas argentinas tienen inversiones por cerca de 3500 millones de dólares en Perú, sobre todo en el área energética. Franco Macri, después de descender de su avión junto a su hijo, Gianfranco, heredero público de los negocios del grupo tras el paso a la política de Mauricio, le ponía anoche el broche al consejo empresarial en una cena con Pierce. Sólo los memoriosos recuerdan los carteles que durante el gobierno de Raúl Alfonsín inundaron las paredes de Buenos Aires con la foto del entonces treintañero presidente peruano y la consigna “Patria querida dame un presidente como Alan García”. Corría 1985 y García se había plantado en no comprometer más del 10 por ciento de las exportaciones para el pago de la deuda externa. El Fondo Monetario Internacional lo condenó y empezó la debacle de hiperinflación y corrupción de su gobierno. Lo sucedieron Alberto Fujimori y Alejandro Toledo hasta que, en 2006, volvió al gobierno alineado, a semejanza de sus antecesores, con las consignas del neoliberalismo, aunque siempre como candidato de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA). La Presidenta argentina llegará después de una semana difícil para García en la que se tuvo que desprender del ministro de Justicia, Aurelio Pastor, en medio de un escándalo por la revocatoria de un indulto que le había otorgado a un empresario de medios, ahora prófugo. La ventaja de las visitas de Estado es que muestran la cara de acuerdos estratégicos y por unos días quedan en suspenso los sinsabores domésticos. Cristina Kirchner llegó acompañada por las ministras Nilda Garré (Defensa), Débora Giorgi (Industria y Turismo) y los ministros Jorge Taiana (Relaciones Exteriores), Carlos Tomada (Trabajo) y Lino Barañao (Ciencia y Tecnología), junto a los senadores Daniel Filmus y Ada Maza y el diputado Héctor Recalde, entre otros. Este lunes empezará el ajetreo de los sucesivos actos protocolares y reuniones y culminarán mañana por la tarde tras la visita al Congreso y al alcalde de Lima.