Gioja, Closs, Insfran, Urtubey y Capitanich evalúan cómo evitar atarse a la estrategia que quiere imponerles Kirchner y que puede terminar siendo un salvavidas de plomo en 2011. Las opciones que barajan y el antecedente de Duhalde que pesa sobre Scioli. Cinco gobernadores oficialistas intentan zafar del abrazo de oso de Néstor Kirchner y ya hablan de desdoblar las elecciones provinciales de las nacionales en 2011. Si bien saben que no pueden deshacerse del ex presidente –a quien necesitan para cerrar sus cuentas fiscales- no quieren arriesgar sus su futuro político en sus distritos por atarse a un salvavidas de plomo. Así es que José Luis Gioja de San Juan, Gildo Insfran de Formosa, Juan Manuel Urtubey de Salta, Jorge Milton Capitanich de Chaco y Maurice Closs de Misiones analizan cómo evitar que los comicios en sus provincias se realicen en fechas distintas a los presidenciales. El primer escenario es que el propio Kirchner adelante las elecciones a abril o marzo –plan en el que, según pudo saber La política Online están trabajando el procurador del Tesoro Joaquín Da Rocha y funcionarios del jefe de Gabinete Aníbal Fernández-. Si el ex presidente se define por esta idea, aliviaría a los mandatarios ya que simplemente no tienen que mover la fecha de sus comicios. La otra opción que barajan es que finalmente Kirchner cambie de idea y no las adelante, lo que pondría en una posición más incómoda a los gobernadores. Tendrán que hacer manifiesta su rebeldía al jefe del PJ. Esta estrategia de los gobernadores, también está siendo evaluada por varios de los intendentes bonaerenses. Las constituciones provinciales les da la potestad a unos y otros a establecer la fecha de las elecciones en sus distritos. Esta situación de mantener su apoyo al jefe del PJ, pero nunca seguirlo a su derrota definitiva no es nueva en el peronismo que acostumbra a describir sus movimientos con la frase “lo acompañaremos hasta la puerta del cementerio”. Situación que vivió el propio Eduardo Duhalde en la decadencia del gobierno de Carlos Menem. En 1999 el ex presidente dejó de insistir con la rerreelección y los gobernadores convocaron a elecciones en la fecha que mejor les convino y el triunfo de Duhalde, el candidato del peronismo en ese momento, sobre Fernando de la Rúa dejó de ser una prioridad absoluta para el partido y para el Gobierno. Según recuerda hoy el periodista Carlos Pagni en el diario La Nación, en algunas cabezas del kirchnerismo anida la misma salida. Es decir: pactar un desdoblamiento de los comicios que garantice a los peronistas retener su poder territorial, manteniendo a Kirchner como jefe del justicialismo, y librando a su suerte, en alguna medida, al candidato presidencial del partido. Y en el contrato supone, claro, que el esposo de la Presidenta terminará de aceptar que no está en forma para postularse, dejando el camino libre al gobernador bonaerense, Daniel Scioli, quien ya mueve sus fichas para pelear el Ejecutivo nacional.
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