En su regreso a una tribuna política caliente, con ropaje de conductor del PJ, el ex presidente Néstor Kirchner recurrió de nuevo a las ambivalencias y a las contradicciones. Combinó duras críticas al campo, al que vinculó con los golpes de Estado de 1955 y 1976, pero lo convocó al "diálogo" y a la "no confrontación", en una estrategia previa útil: si la negociación con el agro no prospera, la culpa será de los ruralistas "intolerantes". Así es: Kirchner preparó el terreno para la negociación que este viernes, a las 12, comenzará su esposa, la presidenta Cristina Kirchner, con las entidades del agro en la Casa Rosada. El retorno de Kirchner se realizó en el Centro Galicia, en Bartolomé Mitre al 2500, ante 500 intendentes del PJ, convocados con la excusa de ungir a la nueva conducción de la Federación Argentina de Municipios (FAM). En lo formal, Kirchner debía saludar a Julio Pereyra, intendente de Florencio Varela, reelegido al frente de la FAM. Pero la crisis del campo politizó el mitin y el discurso. Por empezar, el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, convocó anteanoche, de urgencia, a todos los gobernadores leales a Kirchner del PJ. Aunque hubo varias y notorias ausencias. Pero Kirchner se dio el gusto de una noche "presidencial". Del encuentro participó medio gabinete nacional. A pesar de convocar a hacer "una cadena de cariño, amor y solidaridad", Kirchner criticó los cortes de ruta del campo y atacó a los gobernadores e intendentes díscolos. En el aire, además, sobrevoló el ataque a la prensa. Unos quince militantes de la JP y de la agrupación La Cámpora, de Máximo Kirchner, hijo del ex presidente, volvieron a enarbolar once cartelones que acusaban " Clarín Miente" y "TN Todo Negativo", en referencia al Grupo Clarín. Cerca de Kirchner confiaron a La Nación que el Gobierno amenazará con sancionar una ley de radiodifusión para regular el mercado de los medios periodísticos. "Me causó profundo dolor que los más favorecidos salieran a cortar rutas y a tirar la comida de los argentinos", dijo Kirchner en un ataque al paro de 21 días del campo. "Ese no es un signo de fortaleza, sino de intolerancia, que recuerda los golpes de 1955 y 1976", agregó a voz en cuello. Pero luego insistió varias veces en el "diálogo" y en "no confrontar". Dijo que "como presidente del PJ" no va a "aplicar la cultura de la confrontación sino la del amor, la de unirnos todos". Se propuso "convocar al hombre de campo que entiende que hay que hacer una patria para todos". Pero volvió sobre el supuesto golpismo en los recientes cacerolazos. "Allí estuvo en un bar Cecilia Pando con 100 personas que apoyaron a los genocidas: hubo sectores del 55 y el 76", exclamó. Y luego se proclamó "pluralista" y por "no imponer la teoría del más fuerte". Subrayó hasta el cansancio que va "a apoyar a Cristina" y en un tiro por elevación al gobernador de Chubut, Mario Das Neves, que criticó al jefe de Gabinete, Alberto Fernández, en la crisis del campo, dijo que "en este espacio no vamos a especular si haya un poco más de viento para acá o para allá. Vamos a apoyar hasta el fondo". "No se puede tener un pie en un lado y otro en otro y ser políticamente correcto", bramó el ex presidente. Y, al ocuparse de la prensa, apeló a la "responsabilidad mediática de la objetividad para ayudar a crecer al país".
Los gobernadores presentes sólo fueron Daniel Scioli (Buenos Aires), Sergio Urribarri (Entre Ríos), Gildo Insfrán (Formosa), Juan Manuel Urtubey (Salta) y José Luis Gioja (San Juan).
No estuvieron Das Neves, Juan Schiaretti (Córdoba), Celso Jaque (Mendoza), Luis Beder Herrera (La Rioja), Maurice Closs (Misiones), Daniel Peralta (Santa Cruz) y Walter Barrionuevo (Jujuy), aunque sí asistió el jujeño Eduardo Fellner, su padrino político y presidente de la Cámara de Diputados. Del gabinete de Cristina Kirchner estuvieron el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el ministro de Planificación, Julio De Vido, además de Oscar Parrilli (secretario general de la Presidencia), Guillermo Moreno (Comercio Exterior), el canciller Jorge Taiana y Florencio Randazzo (Interior), además de los intendentes Pereyra y Alberto Descalzo, de Ituzaingó, entre otros, y el líder de la CGT, Hugo Moyano.
Ahora, Kirchner prepara como futuro líder del PJ una seguidilla de actos en el interior, en apoyo de Cristina Kirchner, quizá con una candidatura suya como telón de fondo para 2009.
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