jueves, 29 de abril de 2010

CONCEJALES CAPITALINOS OTORGAN NOMBRE A BARRIO DE PERIODISTAS.

En reconocimiento y por moción del Círculo de Periodistas Unidos es que los concejales capitalinos entregaron el decreto que le da nombre al barrio de periodistas que se construye en la Avenida de Circunvalación "Mártires de la Dictadura". El barrio se llamará Ricardo Mercado Luna, en reconocimiento por la labor profesional y social que tuvo uno de los periodistas y jurisconsulto más importantes de la Provincia. Desde el Círculo, el presidente de la institución, Rolando Silva y Carlos Casas miembros de la comisión agradecieron la predisposición de los ediles para concederles el nombre del futuro barrio. Como se sabe, Ricardo Mercado Luna fue un emblema. En su labor profesional privilegió a la gente del pueblo: no sólo fue asesor del combativo diario El Independiente, sino también de Monseñor Angelelli, de la C.G.T. de los argentinos, de la A.M.P. (docentes), de OMA (mineros) y de otras agrupaciones sociales. En 1969 obtuvo el Doctorado en Derecho y Ciencias Sociales con su tesis: Estabilidad del empleado público editada por Astrea en 1974. El 9 de junio de 1976 la dictadura de Videla lo encarceló junto a otras dos destacadas personalidades de la educación riojana: el Profesor Arturo Ortiz Sosa y el Licenciado Carlos Alberto Lanzilloto, a este último lo uniría un destino común de cautiverio, traslados y penurias por más de tres años hasta obtener –juntos– la libertad vigilada y luego la definitiva a fines de 1980. A esta coincidencia, Mercado Luna se refirió como “hermandad de celda, de causa, de traslado, de resoluciones y de libertades compartidas". Entre las cuatro paredes del IRS nació ese canto de amor a la tierra que es La Ciudad de los Naranjos, filtrado hacia “afuera” entre cartas familiares y envíos clandestinos a través de algún guardia piadoso. Hombre de compromisos sólidos y denuncias contundentes, fue también un filántropo de gestos silenciosos: En 1997, al ganar un juicio emprendido contra el estado provincial, decidió destinar la totalidad de esa ganancia a la edición de libros riojanos, y para ello cedió los fondos a la Biblioteca Mariano Moreno (institución de la que era socio desde su época de estudiante secundario y por la que sentía un entrañable afecto) para que llevara a cabo las publicaciones, respetando el destino de los fondos y el cargo de la donación. Así nació la colección que dio en llamarse “La ciudad de los naranjos”, una denominación elegida por la gente de la biblioteca, aludiendo sin nombrarlo al impulsor del proyecto, y respetando su pedido de mantener su nombre en el anonimato.

No hay comentarios: