Según la última encuesta de Poliarquía sobre las mayores preocupaciones que registra la opinión pública, el 21% de los consultados mencionó la inseguridad y el 12% la clase dirigente, una irrupción inesperada que no se registraba en sondeos anteriores. Detrás de eso, el 10% se mostró preocupado por el desempleo y el 9% por problemas económicos. La inseguridad y la inflación ya no son las únicas grandes preocupaciones de los argentinos. Desde hace unos días a esa lista se sumó "la clase dirigente", que para una porción de la sociedad dejó de ser parte de la solución de las demás cuestiones para convertirse en parte del problema. Según la última encuesta de Poliarquía sobre las mayores preocupaciones que registra la opinión pública, el 21% de los consultados mencionó la inseguridad y el 12% la clase dirigente, una irrupción inesperada que no se registraba en sondeos anteriores. Detrás de eso, el 10% se mostró preocupado por el desempleo y el 9% por problemas económicos. "Hay un contexto de enfrentamiento permanente en la clase política que hace subir esa visión de la dirigencia como un problema, y en épocas de conflicto hay más atención mediática sobre las cuestiones institucionales y políticas, que refuerza ese malestar", opinó Fabián Perechodnik, uno de los directores de Poliarquía. Según un recorrido que hizo La Nación por otras consultoras, la inseguridad y la economía siguen liderando el ranking de las cuestiones que más preocupan a los argentinos. Sin embargo, varios consultores hablan de una nueva caída de la imagen de la dirigencia política en general, en especial desde las últimas elecciones. "Vemos cambios abruptos en el cuadro político general, que obedecen a la profundización de los niveles de incertidumbre y a un fuerte escepticismo sobre el sistema político", consideró Graciela Römer. Römer se refería a varios fenómenos de los que dan cuenta casi todas las encuestas, como un descenso general de la imagen positiva de todos los líderes opositores, reacomodamientos entre los eventuales candidatos para 2011 y un repunte en la evaluación del Gobierno y el matrimonio Kirchner. Según Poliarquía, la mejora en la imagen oficial fue de 5 puntos (pasó de 22 a 27, desde febrero hasta ahora). Para otras consultoras, como Analogías y Management & Fit, ese incremento llegó a 7 puntos. La primera causa que mencionan todos los encuestadores para explicar esos números son los propios errores de la oposición y las expectativas que había generado desde las elecciones de junio último. "Prometieron control de gestión y proyectos que ayudaran a la gente en sus problemas cotidianos, y en vez de eso dan vueltas desde el verano con el mismo DNU", lo graficó Mariel Fornoni, directora de Management & Fit. Para Ricardo Rouvier, "la opinión pública desvaloriza a la oposición porque no logra imponer políticas propias", y consideró que la palabra que mejor lo expresa es "desilusión".Sin embargo, para algunos analistas de opinión, la pequeña mejoría del Gobierno no se explica únicamente en los tropiezos opositores. Analía del Franco, directora de Analogías, mencionó la enfermedad de Néstor Kirchner (algunos lo llaman "efecto carótida") como un factor transitorio que subió la imagen del ex presidente. El otro punto que consideró clave fue la asignación universal por hijo, que explicaría que el alza mayor sea entre los sectores de bajos recursos. Por el lado de los candidatos opositores, todos tienen una imagen positiva más alta que el matrimonio Kirchner, y nadie cosecha una imagen negativa tan fuerte. Sin embargo, los principales líderes no kirchneristas aparecen estancados en las encuestas o directamente en baja. Los casos más paradigmáticos son Julio Cobos y Elisa Carrió, que en el último año perdieron 10 puntos de imagen favorable. Cobos, que por 18 meses había liderado el pelotón de los candidatos con mejor imagen, ahora bajó al segundo, tercer o cuarto puesto, según las consultoras. En cambio, Carrió quedó más lejos de ese primer grupo de postulantes, en torno de los 35 puntos, y no de los 45 que mantienen los líderes de la lista. En ese primer grupo se ubican Ricardo Alfonsín, Mauricio Macri, Francisco de Narváez, Carlos Reutemann y Cobos (todos muy parejos); y un poco más abajo Pino Solanas y Daniel Scioli. A pesar de que Alfonsín, la sorpresa del grupo, figura hoy primero en casi todas las encuestas, para muchos es un dato engañoso, porque su imagen positiva es reticente a traducirse en votos, y porque "mide muy bien en la provincia, pero a nivel nacional baja mucho", en palabras de Santiago Rossi, director ejecutivo de Ipsos-Mora y Araujo.Del resto tampoco hay certezas, con Macri y De Narváez subiendo y bajando según la coyuntura, y Reutemann congelado, igual que su candidatura presidencial. La falta de liderazgos del equipo de los presidenciables va de la mano de la falta de interés de la opinión pública, que aún no piensa en candidaturas y preferiría que los dirigentes resolvieran problemas cotidianos en vez de pensar en 2011: en ese punto todos los consultores coinciden.
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