Kirchner se reservó un cronograma intenso de actividades para los próximos quince días. Su agenda prevé una reunión con gobernadores, otro encuentro con mandatarios cuatro días más tarde, un acto masivo en Paraná con motivo del 1º de mayo. Vuelve el Kirchner hiperactivo y de alto perfil: ¿aires de campaña?. Néstor Kirchner cuenta los días que pasan con una obsesión y al mismo tiempo una sensación de alivio. Su obsesión consiste en ser elegido secretario general de la Unasur, y el alivio proviene de la casi certeza –hasta último momento nunca se sabe– de que el 4 de mayo será elegido para ese cargo. Esa elección implicaría involucrarse de lleno en la política internacional. Pero Kirchner al mismo tiempo pretende dejar en claro que no piensa desentenderse de la actividad partidaria, por algo es titular del PJ. Tampoco quiere desvincularse de la compleja negociación para acordar un nuevo reparto de los fondos coparticipables con las provincias: sería hacer honor al compromiso que asumió ante los gobernadores cercanos al Ejecutivo. Para cumplir con todas esas promesas, Kirchner se reservó un cronograma intenso de actividades para los próximos quince días. Su agenda prevé una reunión con gobernadores, otro encuentro con mandatarios cuatro días más tarde, un acto masivo en Paraná con motivo del 1º de mayo. Vuelve el Kirchner hiperactivo y de alto perfil: ¿aires de campaña?. Los primeros compromisos del santacruceño están pautados para el martes 27 de abril. Ese día se realizará una reunión con gobernadores en la Casa de la Provincia de Salta para discutir sobre coparticipación; luego habrá una nueva sesión del consejo nacional del PJ en la sede de la CGT, en Azopardo y Venezuela. Esa convocatoria del justicialismo, en la que se prevé que Moyano tratará de hacer una demostración de fuerza, está prevista para las 16. La agenda K continuará el 1º de mayo en Paraná, Entre Ríos. Allí volverá a reunirse el Consejo Nacional del PJ, de nuevo con participación de los gobernadores. El tema de fondo será otra vez cómo acordar un nuevo régimen de coparticipación, una cuestión tan complicada que muchos analistas juzgan imposible. Esa reunión está programada para las 13 en un hotel del centro de la capital entrerriana. Pocas horas después de esa sesión del Consejo del PJ, Kirchner encabezará su segundo acto multitudinario del año tras su aparición en el estadio de Ferro. Esta vez la presentación de Kirchner será en la avenida Circunvalación que rodea a Paraná: se trata del mismo escenario en el que encabezó un acto el 17 de octubre de 2008. Como en aquella oportunidad, el anfitrión será el gobernador Sergio Urribarri. A pesar de gobernar una de las provincias más afectadas por la crisis política que desencadenó la Resolución 125, Urribarri se mantuvo muy cerca del matrimonio presidencial. Cuando Kirchner hizo saber que aceptaba retornar a la conducción del partido, hubo dos gobernadores que le pidieron que la reasunción en el PJ se concretara en sus respectivas provincias: el chaqueño Jorge Capitanich y el propio Urribarri. El acto en Paraná con motivo del Día del Trabajador ya está circulando como el próximo lugar de encuentro de la estructura nacional del oficialismo: movimientos sociales, espacios transversales y agrupaciones de la juventud –el mismo arco que se citó en el estadio de Ferro– se están preparando para movilizarse. En el oficialismo aseguran que el doble rol de Kirchner –su posible designación en la Unasur, su condición de presidente del PJ– mejorará sus chances a la hora de lanzarse a una eventual campaña presidencial. Su elección en el bloque regional sudamericano también provocará realineamientos en el oficialismo: ese eventual nombramiento obligará a Kirchner a pedir licencia como diputado o directamente a renunciar a su banca. Cualquiera de las dos alternativas entusiasma al ex diputado Dante Dóvena. Hombre de confianza de Kirchner en el conurbano, Dóvena se prepara para regresar al Congreso por ser el siguiente en la lista. La vuelta del “Gordo” Dóvena coincidirá con una progresiva recuperación de la confianza en el kirchnerismo. La razón es el repunte que marcan las encuestas. Los últimos sondeos, como un estudio focalizado en la (siempre esquiva) ciudad de Buenos Aires a cargo de la consultora CEOP, reflejan que el Gobierno ha mejorado sus números: los resultados corresponden al mes de marzo. Muestran un 52,6 por ciento de imagen negativa y un 42,4 por ciento de imagen positiva. Números impensados para el clima de incertidumbre política que vivía el kirchnerismo unos cuantos meses atrás.
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