LOS GOBERNADORES DEL PJ SE REUNEN Y BUSCAN MAS FONDOS.

Habrá alineamiento automático con la Casa Rosada, aunque no por ello faltarán reclamos. Los gobernadores del PJ se reunirán este martes con el ex presidente Néstor Kirchner y apoyarán la postura oficial de rechazar el proyecto de ley de coparticipación del impuesto al cheque que la oposición aprobó en el Senado y que ahora impulsa en Diputados. Pero el respaldo no será gratuito: los jefes provinciales exigirán al Gobierno más fondos y un reparto más equitativo del excedente presupuestario. Con este ánimo comenzará este martes al mediodía en la Casa de Salta la reunión de gobernadores oficialistas con Kirchner, en la que el ex presidente busca instalar el debate por una nueva ley de coparticipación. Los convocados entienden que es una discusión "abstracta y lejana", como dijeron a La Nacion varios mandatarios. Está claro que poco más de una docena de gobernadores que irá mañana a la reunión con el ex presidente sostiene que el proyecto de modificación del impuesto al cheque fue aprobado por el Senado con una mayoría "inconstitucional". De hecho, insistirán en esa tesis para ejercer presión en Diputados. Hubo, incluso, algunos gobernadores, como Jorge Capitanich (Chaco), que deslizaron la idea de hacer un planteo en la Corte si se aprueba en Diputados la nueva ley de cheque. No obstante, ante este respaldo sobredimensionado, los gobernadores quieren llevarse de Kirchner un compromiso de que el apoyo implicará, a la vez, discutir con un alto grado de certeza varias ideas que se analizaron en Olivos en el último encuentro con la presidenta Cristina Kirchner y que, en términos prácticos, implicará más fondos. Entre las propuestas que se arrojarán en la mesa de debate en la Casa de Salta, figura la idea del gobernador anfitrión, Juan Manuel Urtubey, para crear un fondo de convergencia que se reparta a las provincias con los niveles más altos de pobreza y desigualdad. Esta idea fue aceptada, en principio, por la Casa Rosada con el nombre de Fondo de Equidad Social, pero hasta ahora no se dieron detalles de cómo instrumentarla. "El debate de la coparticipación es inviable. Por eso, es imprescindible imponer temas concretos que aseguren fondos a las provincias que estan resagadas", expresó a La Nacion un allegado a Urtubey. A la vez, hay gobernadores como José Luis Gioja (San Juan), Luis Beder Herrera (La Rioja), Celso Jaque (Mendoza) o Sergio Urribarri (Entre Ríos) que están dispuestos a dar el debate por otros temas. Por ejemplo, estos gobernadores del PJ mencionaron la idea de que el Gobierno equipare las asignaciones familiares provinciales con las de la Nación; quieren establecer una reprogramación de las deudas y la posibilidad de que se amplíen los recursos para la obra pública para el interior del país. Algunos de estos temas fueron abordados con la Presidenta. Pero nunca hubo respuestas de la Casa Rosada. ¿Seguirán apoyando los gobernadores un rechazo a la ley de cheque, que implicaría un ingreso extra a sus arcas si a cambio de ello no obtienen nada?. Los díscolos del PJ, como Juan Schiaretti (Córdoba), Mario Das Neves (Chubut) o Alberto Rodríguez Saá (San Luis), adelantaron su respaldo al proyecto de la oposición, que garantiza un mayor reparto del impuesto al cheque. Estos mandatarios no participarán de la reunión con Kirchner, pero sus posturas pueden gravitar en el seno del PJ. El debate por el reparto de fondos en el peronismo es una caja de Pandora que se abre, pero nadie sabe qué hay adentro. Lo único que está claro hasta ahora es que una nueva ley de coparticipación, como planteó Néstor Kirchner, no será eje de debate en lo inmediato. Hasta uno de los gobernadores más kirchneristas, como Daniel Peralta (Santa Cruz), deslizó en los últimos días a algunos legisladores del PJ que "el debate de la coparticipación se debería plantear como un eje de plataforma electoral de 2011". Una manera diplomática de postergar la discusión. Kirchner busca mantener alineada a su tropa con miras a los comicios de 2011. Pero como fue gobernador durante más de 10 años, sabe que el poder central a veces debe ceder para lograr el respaldo del interior.