La cifra, si se recuerda el viejo y querido "uno a uno" anterior a 2001, mete miedo. El gobernador Luis Beder Herrera, calculadora virtual en mano, estimó que desde 1988 La Rioja perdió unos 500 millones de pesos por el tijeretazo que sufrió en la distribución de la torta de la recaudación de impuestos nacionales.Según el mandatario, ese dinero es el que la provincia dejó de percibir porque en aquel año, durante un presunto acuerdo político entre el ex presidente Raúl Alfonsín y el entonces gobernador Carlos Menem, La Rioja vio recortado su porcentaje de coparticipación federal que, desde entonces, apenas supera el 2 por ciento. "No se como le bajaron un punto (de la coparticipación federal) a La Rioja, cuyos únicos recursos provienen de la coparticipación", señaló el mandatario con tono amargo. El comentario se derivó de un análisis que hizo ante periodistas locales, cuando repasó la crisis coyuntural derivada del bajo ingreso de fondos coparticipables durante marzo, cuando apenas entraron unos 40 millones de pesos.
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