domingo, 29 de julio de 2007

EL EMBAJADOR YOMA CONTO SUS EXPECTATIVAS CON LA LLEGADA DEL PRESIDENTE KIRCHNER A MEXICO

El ex senador Jorge Yoma, en una entrevista, relató como fueron los primeros días en su nuevo destino y de las expectativas que genera la llegada de Kirchner con su esposa Cristina a ese país. Cuando llegué a México, hace poco más de un año, tuve sensaciones encontradas. Cuando salía a las calles me encontraba con un pueblo que demostraba un gran afecto hacia todo lo que tenía que ver con nuestro país. Desde los mozos, taxistas y compañeros del gimnasio que me pedían una "playera del Boca", como le llaman aquí a la camiseta xeneize, hasta los jóvenes que querían estudiar en nuestro país sólo para tener la experiencia de vivir un tiempo en Buenos Aires. Mayor fue la sorpresa cuando comenzamos con mi esposa, Mariel, a organizar nuestra vida familiar. Directores de escuela, docentes, directivos de clubes, profesores de educación física, ejecutivos y trabajadores de empresas de servicios; compatriotas por todos lados. Decenas de futbolistas argentinos en todas las divisiones. La admiración por Messi sólo comparable con la que sienten por el Diego. Comprobar la pasión que rodea cada presentación de Cerati o Diego Torres, escritores (la recepción al Negro Fontanarrosa en la Feria del Libro de Guadalajara en diciembre pasado fue increíble y la triste noticia de su fallecimiento aún ocupa la tapa de todos los diarios mexicanos), en fin, más de 60 películas nacionales en el Festival de Cine argentino que auspició la Embajada Argentina en el D.F. el año pasado, y, obviamente, la marca argentina: el tango, Borges y el asado (México es el país que tiene mayor cantidad de restaurantes argentinos, sólo en el D.F. hay 160). Hasta vamos a festejar juntos el bicentenario de nuestra Independencia, en 2010. Mucho tuvieron que ver los miles de compatriotas que llegaron durante la dictadura y que, además de salvar sus vidas, encontraron trabajo en esta bendita tierra. Con la crisis de 2001 se completó lo que hoy constituye una de las más numerosas colectividades en México, con alrededor de 200 mil argentinos radicados. Un dato: México es el principal consumidor de bienes culturales argentinos, al importar más de US$ 350 millones en libros, música y cine nacional. Y hablo de sensaciones encontradas, porque mientras más crecía la identificación de nuestros pueblos, más notoria era la ausencia del Estado argentino. Nunca en 30 años hubo el más mínimo reconocimiento oficial ni gratitud por el amor y la solidaridad de este maravilloso pueblo. Mi primer acto oficial como embajador fue organizar la Semana Argentina del Reconocimiento Histórico al Pueblo Mexicano, en el 30» aniversario del golpe militar de 1976. México, con sus 110 millones de habitantes, principal potencia latinoamericana y novena economía del mundo, con US$ 500.000 millones en exportaciones, no existía en la política exterior argentina. Si hasta un ex presidente criticó el viaje de Cristina Kirchner, en abril de este año, filosofando sobre el error de una asociación estratégica con México, porque ello tensionaría el Mercosur. Ignoraba que Brasil está siguiendo el mismo camino. (De hecho, Lula llega a México una semana después que Kirchner.) La expresión más cabal de la ridiculez de nuestra política exterior fue que hasta 2006 y durante los últimos 20 años la argentina no tuvo sede en este gran país. La Embajada y el Consulado funcionaban en unas oficinas dentro de un Banco privado. ¿Y el comercio bilateral? En 2005, la balanza comercial era de US$ 1500 millones anuales (menos de un día de comercio entre México y EE.UU.). Entonces, ¿qué pasó para que en un año celebráramos tres acuerdos comerciales? El ACE 6, que liberó más de 1500 posiciones arancelarias; la ampliación del mismo acuerdo para el sector siderúrgico, y el ACE 55, que liberó el sector autopartista al beneficiar a más de 500 pymes. Hoy el comercio bilateral llega a casi US$ 3000 millones, con un crecimiento del 43% en sólo un año, mientras que con el resto del mundo aumentó el 14%, y la Argentina se ha convertido en el principal inversor latinoamericano en México. Pusimos en marcha nuevamente la Cámara de Comercio Argentino-Mexicana. Se inauguró la Sala del Cine Argentino, en lo que hoy es la magnífica Casa de los Argentinos en México. Provincias chicas, como La Rioja, Catamarca y Santiago del Estero, encaran exitosas misiones comerciales. En sólo dos años de trabajo, después de décadas de orfandad política, nuestros Presidentes firman un histórico Tratado de Asociación Estratégica, que elevará a un plano superior las relaciones políticas, económicas y culturales de nuestros países. Néstor Kirchner y Felipe Calderón, dos líderes con una profunda vocación latinoamericanista, dejaron de lado antiguas diferencias políticas y hasta sus distintas vertientes ideológicas para priorizar sólo el sentir y el bienestar de sus pueblos. También el trabajo notable de nuestras cancillerías hizo posible este abrazo fraterno que mexicanos y argentinos debíamos a la causa latinoamericana.

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