Durante el gobierno de Kirchner, los planes alimentarios, sanitarios y habitacionales destinados a los sectores más postergados que se ejecutan en diferentes ministerios fueron los menos beneficiados en el reparto de los excedentes fiscales: recibieron apenas el 4,4 % del superávit fiscal de los últimos cuatro años. Según Crítica de la Argentina, entre 2004 y 2007 el Gobierno nacional incorporó más de 75 mil millones de pesos extra a los presupuestos anuales. Ese superávit se debió en parte a la subestimación inicial de los recursos y también a la suba de la recaudación fiscal. Como dato adicional, el 70 por ciento de esa masa de recursos adicionales se explica por el aporte de las retenciones a las exportaciones agropecuarias y de hidrocarburos. Los fondos previstos en cada una de las partidas presupuestadas o adicionadas por reasignación, tampoco llegaron en su totalidad a los pobres o indigentes. Los programas de asistencia a los sectores más vulnerables acumularon durante los últimos cuatro ejercicios cerca de 2.100 millones de pesos de subejecución presupuestaria. Es dinero que la gestión K decidió ahorrar o utilizó para financiar otros gastos. ¿Adónde fue a parar entonces el dinero extra que recaudó el Estado? El principal destino fue subsidios o préstamos para empresas privadas, a través del Ministerio de Planificación Federal. Si el Poder Ejecutivo hubiese invertido el dinero subejecutado de los planes sociales, por ejemplo, podría haber alimentado a 1.600.000 personas durante todo un año. Eso, si se toma como referencia el último valor oficial difundido de la canasta básica, cercano a los 450 pesos. Con 2.100 millones de pesos también se podrían haber construido 52.200 casas pertenecientes al Plan Federal de Viviendas.
La ampliación presupuestaria de los cuatro años analizados por Crítica de la Argentina de acuerdo a los informes públicos de ejecucion presupuestaria de la Secretaría de Hacienda del Ministerio de Economía, sumó un total de 75.363.685.489 pesos. De ese total, el 29% fue direccionado al Ministerio de Planificación que conduce Julio De Vido. En el otro extremo, Desarrollo Social recibió el 1,95 % y Salud el 1,45 %. El Ministerio de Desarrollo Social que dirige desde 2003 la cuñada presidencial Alicia Kirchner tiene un slogan: “La mejor política social es el empleo”. Tan relevante es la inserción laboral para ese Ministerio, que uno de los planes que concentra mayores recursos de su presupuesto está dirigido a la generación de nuevas fuentes de trabajo. De acuerdo a las leyes de Presupuesto de 2004, 2005, 2006 y 2007, se destinaron en total 392 millones de pesos al plan Manos a la Obra. Los excedentes fiscales le aportaron otros 90 millones. Pero la ministra Kirchner no invirtió todos los recursos que debía destinar a promover el empleo social. El 10% del total quedó sin ejecutar. O dicho de otra manera, el 10% de los argentinos y argentinas a los que estuvo dirigido el programa se quedó sin trabajo.
El Ministerio de Planificación Federal es la repartición que resultó más beneficiada en la redistribución del ingreso oficial: 22 mil millones de pesos entre 2004 y 2007. Los aportes adicionales que recibió la cartera que dirige Julio De Vido por encima de los que fueron originalmente presupuestados tuvieron dos orígenes: ampliaciones presupuestarias resultantes del aumento de la recaudación fiscal y desvío de fondos, ordenados por el jefe de Gabinete, provenientes de otros ministerios. ¿Cómo se repartió ese dinero? El 0,4% llegó a los planes de alcantarillado y la ampliación de los servicios de agua potable de las zonas más pobres del país; el 2% se reservó para la construcción de escuelas, el 18,3% para viviendas sociales, el 79% restante se destinó a subsidiar la energía y empresas de transporte.
El Ministerio de Salud fue una de las reparticiones más perjudicadas en la redistribución de los ingresos extra que recibió el Gobierno entre 2004 y 2007. Apenas le tocó la suma de 1.094 millones, que representan el 1,45 % de los recursos adicionales que en cada año se incorporaron al presupuesto. Y el dinero no llegó a todos los programas de la cartera que durante todo ese período coordinó el actual embajador en Chile, Ginés González García. Uno de los planes más importantes del Ministerio es el Plan Nacional en Favor de la Madre y el Niño destinado a “mejorar la calidad de vida y el estado sanitario y nutricional de las embarazadas y niños menores de 6 años”, según figura en la resolución que dio nacimiento al programa. Este plan no recibió un solo peso adicional proveniente de las retenciones. Al contrario, todos los años terminó con menos dinero disponible del que le había sido asignado en las leyes de Presupuesto de cada período. El Ministerio de Educación recibió el 6% (unos 4.500 millones de pesos) del monto adicional recaudado. La mayor parte de ese dinero tuvo como destino el aumento de los salarios de los docentes. A pesar de la suba, la cartera que manejó Daniel Filmus no utilizó todos sus recursos: subejecutó, en total, 643 millones de pesos. El Ministerio de Planificación también tiene un capítulo dedicado a las aulas. Se trata del programa Más Escuelas, Mejor Educación, que tiene prevista la construcción de 937 centros de estudios en todo el país. Esa cuenta también tuvo un importante nivel de subejecución: 254 millones de pesos en cuatro años, el mismo monto que fue presupuestado para todo 2006. La falta de inversión se notó en los resultados. En cuatro años de vigencia del plan se terminaron 470 escuelas, la mitad de las planificadas.
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