Calor, euforia y exitismo. Con ese telón de fondo, Cristina Kirchner se declaró triunfadora y presidenta electa en primera vuelta cuando sólo se había escrutado oficialmente el 11% de los votos y ella apenas superaba el 42%, o sea dos puntos más de lo que necesitaba para ganar sin ballottage. Convocó así "a todos los argentinos" para "tenderles una mano" y así comenzar una nueva etapa "sin odios y sin rencores", al tiempo que buscó sumar a "las mujeres y a los jóvenes".
La militancia kirchnerista y la Juventud Peronista (JP), enardecidos, coparon, entre cámaras, cables, y micrófonos, el húmedo recinto del segundo subsuelo del hotel Intercontinental. Allí, a las 22, intentó, con un discurso de 15 minutos, exhibirse como una líder conciliadora.
Cristina Kirchner se mostró capaz de restañar las heridas de los enfrentamientos entre sectores que deja como herencia su esposo, el presidente Néstor Kirchner.
Pareció consciente ella de que, si bien su triunfo fue claro, quedó relativizado por duros traspiés en la Capital Federal, Córdoba, una pobre elección en Santa Fe y una victoria en Buenos Aires con serias denuncias de robos de boletas de la oposición y malas mañas de un aparato peronista al que siempre Cristina Kirchner aborreció y del que ahora se valió para ganar.
Conoce los problemas de gestión que heredará de su marido: inflación, puja salarial, crisis energética, Indec. Buscó desde anoche exhibirse componedora, quizá como preludio al comienzo de un pacto social. A Kirchner lo nombró dos veces. La intención era clara: dos ovaciones recibió su marido. Y fue generosa con su compañero de fórmula, el gobernador radical Julio Cobos, a quien le agradeció. Provocó así un aplauso sostenido de la autodenominada "gloriosa JP", también conciliador.
Kirchner se mostró sereno. Saludó, arrojó besos al aire y, al retirarse, le comentó a un periodista de la agencia DyN que estaba "muy tranquilo" y que en el llano seguirá "trabajando por el pueblo argentino".
"Hemos ganado ampliamente, tal vez con la mayor diferencia desde la reanudación de la democracia", dijo Cristina Kirchner. "Pero ello no nos otorga privilegios, sino el lugar de mayor responsabilidad", arengó.
Comenzó entonces su exhortación conciliadora. "Yo quiero esta noche convocar a todos los argentinos, los que nos han votado y los que no", señaló. "Quiero convocarlos sin rencores ni odios, incluso a quienes nos agraviaron. Y a ellos también tenderles la mano, porque es necesario reconstruir el tejido social", dijo.
Reivindicó una vez más "la decisión de crear una concertación plural" para "profundizar los cambios: es necesario sumar argentinos y argentinas cualquiera sea su color político". Cristina Kirchner señaló que "también se construye el país que todos queremos" cuando "se decide no cruzar un semáforo en rojo o se decide comprar aquí y no allá".
El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, difundió desde las 16 encuestas en boca de urna que le otorgaban un triunfo por el 47%, en primera vuelta. Sin embargo, al hablar Cristina Kirchner los datos oficiales indicaban un 42%. No obstante, ella lo comparó con el 22% que Kirchner había obtenido en 2003. "Si pudimos hacerlo entonces, cómo no podremos ahora si somos más", se preguntó, lo que desató aplausos.
La primera dama también convocó a todos los gobernadores, a sabiendas de que existen tensiones en el PJ. "Y a vos también Daniel, que tanto trabajaste en la provincia de Buenos Aires", le dijo al mandatario electo bonaerense, Daniel Scioli, que estaba en el palco principal junto a su esposa, Karina Rabolini; su compañero de fórmula, Alberto Balestrini; Cobos, y Kirchner. "Sé que tengo una inmensa responsabilidad por el género: quiero convocar a todas las mujeres...", dijo a voz en cuello, con lo cual despertó una ovación femenina. "Y finalmente también convocar a los jóvenes", completó. "Y ya lo ve... Es la gloriosa JP", le contestó la militancia sudorosa y entusiasta. "Esa consigna a mí me conmueve. Son malos y por eso me la cantan", dijo la senadora, que se reivindicó como una militante de la juventud de los años 70, junto con el Presidente. "Gracias por la gestión de un hombre, el presidente Kirchner", vociferó. Generó la segunda ovación al líder. "Conduzca, jefe", le gritaron. "A él, que con sus aciertos y errores ha demostrado que es un hombre profundamente comprometido con su país y su pueblo", completó ella.
La JP la despidió con estribillos hirientes a la oposición: "Y ya lo ve, para la Gorda (Carrió) que lo mira por TV"; "Dónde están esos gorilas que querían ballottage". Ella y Kirchner se retiraron a la medianoche.
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