martes, 21 de agosto de 2007

LUEGO DE LAS ELECCIONES CRECEN LOS RUMORES DE RENUNCIAS MASIVAS EN EL SECTOR RENOVADOR.

Las elecciones para elegir gobernador y vice en La Rioja fueron consideradas, además de una oportunidad del presidente Néstor Kirchner para retirar de la escena política a Carlos Menem, como un test de la interna de la Casa Rosada, que a través de dos líneas distintas del kirchnerismo nacional, brindaron apoyos a los candidatos del oficialismo, tanto a nivel político como de recursos financieros. En el plano local, los intendentes Ricardo Quintela (Capital) y Fernando Rejal (Chilecito) fueron los grandes perdedores bajo el paraguas del Frente para la Victoria, ya que contaban con el apoyo de sus pares alineados al ex gobernador Ángel Maza, pero solo lograron vencer al gobernador Luis Beder Herrera en los departamentos Castro Barros (Marcelo del Moral) y Vinchina (Ariel Oviedo). En ese escenario político, Quintela y Rejal quedaron golpeados, especialmente el jefe comunal capitalino que se ubicó tercero detrás del ex presidente Carlos Menem. Ante ello, el panorama político de ambos es complicado, ya que en la tarde del lunes la mayoría de concejales, intendentes y diputados que se consideraban dentro del espacio "renovador" habrían comenzado a ponerse a disposición del actual gobernador. Por ello, Quintela y Rejal podrían finalizar antes sus mandatos al frente de sus respectivos municipios. En los corrillos políticos comenzó a circular la versión de que ambos intendentes podrían renunciar en el curso de esta semana. Hasta el intendente de Arauco, Nicolás Martínez, felicitó a Beder Herrera en horas del mediodía del lunes. Luego de la derrota del Frente para la Victoria, en los comicios desarrollados en la jornada de ayer, comenzaron a surgir los rumores que indican el alejamiento de algunos funcionarios que hasta ayer, respondían a la fórmula integrada por Ricardo Quintela y Fernando Rejal. En ese sentido, el diputado provincial rejalista, Enrique Molina, presentaría hoy su candidatura a la intendencia del departamento de Chilecito, dentro del partido denominado Frente Departamental Popular. El ex secretario general de la Municipalidad de Capital, Armando Molina, luego de mantener una conversación con el espacio bederista y aceptar la derrota de su sector, renunció a su cargo en las primeras horas de este lunes. En la comunicación, había brindado apoyo al nuevo gobierno electo. En el plano nacional, Beder Herrera había sido apadrinado por la línea de los “patagónicos” o de los “pingüinos”, liderada por Rudy Ulloa y Olaf “Pilo” Aaset, quien está ligado a Carlos Zannini (secretario de Legal y Técnica) y al ministro de Planificación Federal, Julio De Vido. En esta fracción milita activamente el cuñado presidencial Armando “Bombón” Mercado, quien de esta manera quedó mejor posicionado en el armado de los cuadros regionales. El jueves, durante el acto de cierre de campaña de Beder, Mercado estuvo en La Rioja, junto a operadores y funcionarios como el secretario de Minería, Jorge Mayoral. En cambio, el intendente Ricardo Quintela –delfín del destituido Ángel Maza- fue apoyado por los dos Fernández: Alberto, jefe de Gabinete y Aníbal, ministro del Interior, quien no estaban de acuerdo con la remoción del entonces gobernador, operación de la que fue artífice Herrera. Las dos líneas se preocuparon por bajar apoyo económico a los dos candidatos. En el caso de Quintela, 8 millones de pesos un paquete de 21 girado a los municipios –por fuera del control del gobierno provincial-. Beder, en tanto, consiguió 15 millones de pesos en concepto de “fondos extracoparticipables”. Luis Beder Herrera es el político con mayor antigüedad en los espacios de poder en la provincia de La Rioja, pero recién en esta oportunidad consiguió erigirse como gobernador por el voto popular. Herrera se desempeñó como funcionario durante casi un cuarto de siglo, fue mandatario riojano en dos oportunidades, aunque en ambas de manera interina. Llegó a la Cámara de Diputados en 1983 y siete años más tarde se convirtió en vicepresidente segundo, cargo que le sirvió para hacer tambalear al gobernador interino Agustín de la Vega y llegar así al Ejecutivo. De todas maneras, su acceso como mandatario de La Rioja se dio en un proceso de sucesiones, provocado por la asunción de Carlos Menem en la presidencia de la Nación y el fallecimiento del vice de éste, Alberto Cavero. En 1991 integró la fórmula con Bernabé Arnaudo, quien intentó reelegirse en 1995, pero perdió la oportunidad con el novato Ángel Maza, funcionario que pasó de la Secretaría de Minería de la Nación a la Casa de Gobierno de La Rioja y que a partir de ese momento se empezaba a cruzar en la vida de Beder Herrera. Hábil como pocos en el arte de la política, Beder Herrera tardó poco en conciliar con su ocasional adversario y fue nombrado ministro coordinador. Desde allí intentó mantenerse en armonía con el menemismo, pero sólo llegó a entenderse con Eduardo, ya que Carlos nunca le perdonó que haya puesto a la provincia en la tapa de los diarios nacionales con un escándalo político cuando apenas tenía meses en la Rosada. En 1999 aceptó ir a la elección bajo el ala de Maza y salió airoso, mientras que en 2003, gracias a la intervención del senador Menem, se volvió a hacer un lugar en la fórmula con Maza. En 2005 apostó todo para que el gobernador le dejara el cargo una vez electo senador nacional, pero aparentemente Maza no cumplió con un pacto tácito y Herrera no paró hasta su retiro de la Casa de Gobierno. En ese sentido, comenzó a minarle el camino convocando a los gremios y denunciando irregularidades de Maza, al punto que logró su destitución en marzo.

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